Deseo imparable

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Nos separamos y no supe que hacer, como reaccionar.

Lo de saltar a sus brazos fue algo instintivo, ahora era algo más incómodo.

-Hola.-dijo él, soltando bastante aire, aliviado-

-Hola.-le respondí con una gran sonrisa, pero luego me torné seria-No vuelvas a dejarme. ¿Te enteras?-dije dándole un golpe en el pecho-

-Entendido.-se rió-Tranquila, he vuelto para quedarme.

Le volví a sonreír. Le miré de arriba a abajo. Estaba algo cambiado. Se había cortado el pelo. Llevaba unos pantalones vaqueros negros y una sudadera gris. Había ido al gimnasio.

-Tú también has cambiado.-dijo él leyéndome el pensamiento y recorriéndome de arriba a abajo con la mirada-Pero te sigues sonrojando igual.-pensé que no se daría cuenta-

-Te he echado de menos.

-Yo también a ti.

Nos volvimos a abrazar. Me sentía aliviada, pero no del todo. Es como si hubiera vuelto. Aún tenía una extraña sensación en el pecho. 

Nos separamos y él miró más allá de mi.

-Gracias por haberla cuidado, te debo una.

Me giré hacia donde se encontraba Will. Estaba muy serio. Empecé a tener miedo de que dijera lo del baño. Pero él no lo haría, ¿verdad?

-De nada. Aunque yo casi no hice nada,-me miró y sonrió-ella es la que ha aprendido a defenderse por si sola.

-Pero tú me ayudaste a liberar a la bestia.-le comenté de broma-

-Y espero no volver a verla. Aunque me guste la chica mala, le tengo bastante miedo.-puso una sonrisa torcida y luego soltó una carcajada, le imité-

-¿Chica mala?-Kevin me observó-

-Larga historia.-le respondí-

-¿Qué tal si la oímos todos en casa?-mi madre se introdujo en la conversación-

-Mejor, ha sido un viaje largo.

Kevin pasó un brazo por detrás de mi hombro y fuimos al coche de mi madre. Ella condujo, Will estaba en el asiento de delante y Kevin y yo atrás. Durante todo el camino estuve mirando a la ventana. En un momento Kevin me cogió de la mano, y mi mirada se desvió instintivamente a Will, el cuál nos observaba por el espejo retrovisor con la mandíbula en tensión. Solté la mano de Kevin casi sin darme cuenta y volví a mirar a la ventanilla.

Al llegar dije que me daría una ducha, mientras mi madre haría la cena para ella sola, pues era tarde y a ninguno nos apetecía cenar. Kevin se fue a su casa, necesitaba pasar un rato con su familia, seguramente dormiría allí. Will se encerró en su habitación.

Me quité la ropa y me metí en la ducha. Las manos me dolieron, pero más los nudillos. Estuve unos veinte minutos. Cuando salí me sequé y me puse la ropa interior. 

Empecé a notar movimiento detrás de la puerta. Tuve un mal presentimiento, pero antes de poder hacer otra cosa a parte de taparme con la toalla, la puerta se abrió y entró una figura, cerrándola de nuevo pero con pestillo.

-Will, me has asustado.-dije aún con el miedo en el cuerpo-¿Entraste por que estuve mucho tiempo sin dar señales de vida?-bromeé, pero él seguía serio-Estoy bien, puedes irte.-no dejaba de mirarme-

Estaba apoyado contra la puerta con los brazos cruzados. Apreté la toalla más contra mi cuerpo. Él lo notó y me observó de arriba a abajo muy lentamente.

-Will.

Volvió a mirarme a los ojos. Resopló y en un segundo separó los brazos y juntó sus labios con los míos.

Era un beso lento, que lo volvía más excitante. Intenté no responder, pero fue imposible. Pasé mis manos alrededor de su cuello y segundos después la toalla cayó.

Paró un momento de besarme y observó mi ropa interior.

-Joder.

Volvió a besarme pero más salvajemente. Me subió y yo enrollé las piernas alrededor de su cadera.

Nos estrellamos contra la pared. No podía pensar con claridad. Por una parte no paraba de pensar en que pasaría si Kevin se enteraba, pero ¿y si no lo descubría? No, eso era demasiado cruel hasta para mi. Si, puede que él me engañara y yo nunca me llegue a enterar, así que ¿y si yo hacía lo mismo? Pero ¿y si él me había sido totalmente fiel y yo era la que lo estaba engañando? Pero lo que más pensaba es ¿por que ser mala sentaba tan bien?

-Piensas demasiado.-dijo Will contra mis labios-

¿Por que soy tan predecible?

Cambiamos de posición y me llevó al lavamanos, como unas horas antes habíamos echo. Él se quitó la camisa y eso hizo que mis ganas se intensificaran.

-Ni se te ocurra decir que debemos parar.-dijo él-

Una vocecita en mi cabeza dijo "para". Pero hice caso a la que decía "al cuerno todo". 

Esa noche había matado a un hombre, casi asesinaban a mi madre y un hombre que quería mucho estaba en el hospital, por no hablar de que mi novio perdido había vuelto a casa, pero no me sentía como me debía sentir al respecto. Así que si aquella noche iba a ser un desastre, lo sería por completo.

-Will.-él me miró fijamente-No pares.

Puso una sonrisa torcida y me besó de nuevo. En casi un movimiento se quitó los pantalones. Ahí me empecé a poner nerviosa. Nunca lo había hecho.

-Eh... Will...

-Tranquila, iremos todo lo lento que quieras.

Asentí y nos volvimos a besar. Empezó a tocarme los pechos y yo enredé las manos en su cabello. No sabía como podía despertar tantas sensaciones en mi en tan poco tiempo. comencé a sentir una ardor en el abdomen, supe que el sentía lo mismo por el "bulto" en sus boxers.

Decidí hacer un acto de fe. Seguro que salía mal, pero había que probar. Metí una mano en sus calzoncillos y él me miró extrañado. 

-No hace falta que...-cuando la toqué y empecé a hacer movimientos arriba y abajo se quedó sin hablar, solo pudo soltar un gruñido-

Si, soy una santa y todo lo que quieras, pero leo wattpad por dios.

Saqué la mano un rato después, justo a tiempo al parecer. Él me observó con una sonrisa torcida y las pupilas gigantes y llenas de deseo.

-Ahora me toca a mi.

Paseó las manos por encima de mis rodillas hasta mis muslos lentamente, mi deseo creciendo. Llegó a las bragas y se aclaró la garganta. Después metió los dedos.

Joder, se sentía tan bien.

Tengo que decir que quedamos en paz.

Cuando acabamos me dio un beso en el cuello, yo le cogí las mejillas y le di un beso en la boca. Justó su frente con la mía, los dos respirábamos agitadamente.

-Ya sé que debes estar pensando en Kevin, en si debes decirle esto o no,-paró un momento para coger aire-pero por favor, no niegues lo que sentimos el uno por el otro, por que es demasiado real para ignorarlo.

Tenía razón, sabía que la tenía. 

El siguiente paso sería contárselo a Kevin, pero no sabía como, aún sentía cosas por él.

Por que no podía rechazar a Will, ya lo había intentado y el deseo se multiplicó por mil.

No sé que voy a hacer.

NOTA DE LA AUTORA

Team Kevin o Team Will. Decirlo en los comentarios ;)

Sé que no suelo escribir este tipo de cosas, pero hay que probar, ¿no?

El rebelde y la bailarina: A continuación...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora