Hay un aire generalmente caliente y perezoso en la ciudad en estos días. Se filtra a través del sol y lentamente toca y afecta todo lo demás, fundiendo a todos a un estado de pereza.
Sin mencionar que más que unos pocos sienten como sí sus cerebros se estuvieran friendo.
"Aaaaah... es tan calieeeente..." se queja Kero, recostado enfrente del ventilador soplando aire fresco en la cocina.
"Lo siento, Kero, pero no puedo hacer nada hoy..." Rin suspira, abanicándose. Se rindió hace un rato y se quitó la camisa. Si alguien se queja, se los echara en cara(1). Entre su pecho desnudo y sus pantalones cortos se siente mejor, incluso si todavía tiene puestos sus uwabaki. No ha ido lo suficientemente lejos como para quitárselos.
Actualmente están en la cocina, Rin está trabajando en una cena fresca para hoy y en un postre para mañana. Postre helado para mañana de hecho.
No queriendo nada realmente lujoso, y pretendiendo evitar el calor, Rin se enfoca en hacer para todos un poco de Tanuki Udon frío. El mayor calor involucrado proviene de hervir el agua para el udon, algo que es soportable en comparación con las otras opciones para este día. Nadie más está en condición para cocinar, así que Rin decidió manejar las cosas por su cuenta. Él solo, es lo suficientemente hábil cómo para hacer una comida tan sencilla.
Mientras espera que el udon se cocine, Rin vuelve su atención a los plátanos y otros ingredientes que ha preparado. Recientemente encontró una buena receta para un postre frío, la cual descubrió que le gusta. Es tanto sana como rápida y fácil de hacer. Sin mencionar que no necesitara comprar nuevos enseres para hacerla.
Es una sabrosa receta de plátano congelado cubierto de chocolate, y como solo necesita usar el microondas para derretir el chocolate, es nuevamente algo que no lo torturará a él ni a Kero con calor.
"¿Qué estás haciendo para cenar, Rin?" Shirō entra a la cocina, luciendo un poco marchito en su uniforme de sacerdote. Se detiene cuando ve como esta "vestido" Rin y suspira. "Rin..."
"¿Qué?" Rin exige, poniendo sus manos en sus caderas. "¡Hace mucho calor Oyaji! Si pudieras, sé que harías lo mismo, estúpido sacerdote".
Las cejas de Shirō se fruncen, particularmente por el repentino cambio a ser "Oyaji", pero deja pasar las palabras de Rin. Realmente hace demasiado calor como para hacer algo. En su lugar, se acomoda en la silla más cercana al ventilador y deja escapar un gemido.
"La iglesia fue terrible." Shirō gruñe, quitándose el cuello de su uniforme. "Realmente desearía que hubiera sido mejor, pero maldita sea... el aire acondicionado decidió renunciar a nosotros en un momento terrible".
"¿Se arreglará pronto?" Pregunta Rin, un poco preocupado. Él mira a Kero y casi se echa a reír. Kero está tan agotado por el calor que ni siquiera se molestó en moverse para parecerse más a un animal de peluche normal, como lo hace habitualmente, simplemente dejando que el aire del ventilador sople sobre él. De alguna manera, Shirō no se da cuenta, o al menos no piensa nada sobre ello.
"Ojalá. Me las arreglé para ponerme en contacto con un tipo del servicio con precios razonables, pero aparentemente es un verano donde la descomposición del aire acondicionado es algo común. Probablemente tomará un poco más de tiempo antes de que el aire acondicionado pueda ser reparado".
Rin deja escapar una suave maldición, regresa a su postre helado y revisa el chocolate derretido para posteriormente comenzar a sumergir los plátanos hasta la mitad antes de rociarles la almendra molida encima. Se detiene a mitad de camino para apagar la estufa y sacar el udon ya cocido y colocarlo en el baño de hielo que prepara rápidamente.
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Herencia de las Cartas
FantasyOkumura Rin tiene doce años cuando conoce a Kerberos y las cartas. Las cartas mágicas suenan como algo salido de una historia de fantasía, pero eso es con lo que Rin tiene que lidiar. Peor aún, debido a un accidente, tiene el deber de capturar a tod...