Okumura Rin tiene doce años cuando conoce a Kerberos y las cartas.
Las cartas mágicas suenan como algo salido de una historia de fantasía, pero eso es con lo que Rin tiene que lidiar. Peor aún, debido a un accidente, tiene el deber de capturar a tod...
Es muy tarde y la luna es solo un fragmento en el cielo. Las farolas iluminan su camino, permitiéndole ver a dónde va, pero al mismo tiempo son pocas y distantes entre sí.
Lo que no es malo, ya que le permite a Kero recorrer los alrededores y esconderse fácilmente en las sombras cuando pasan los raros borrachos tardíos o personas que vienen de una fiesta. Realmente prefería no tratar con ese tipo de personas en absoluto.
Desde el inicio de las vacaciones de verano -y también el trabajo de Rin-, Kero ha estado haciendo un punto en dar vueltas alrededor y buscar Cartas por el bien de Rin. Después del debacle con Time, Kero prefiere evitar que sucedan ese tipo de cosas de nuevo.
Ya ha localizado dos Cartas de esta manera, demostrando su valía.
Entonces Kero suspira, admitiendo en privado la otra razón por la que hace esto; Aburrimiento. Solo hay una cantidad limita de gag manga y otros manga que él puede leer. Sobre todo porque hay un suministro limitado de ellos. Incluso con las revistas a las que se suscriben los hermanos, hay un límite para lo que Kero puede conseguir. Algunos mangas son realmente largos después de todo y no tienen sentido cuando te saltas la mitad.
En cuanto a la televisión, olvídalo. El único televisor está en la sala de estar y generalmente está en uso por uno de los monjes. Es raro que Rin o Yukio lo usen, e incluso entonces, Rin tiende a quedarse en al canal de cocina y rara vez ve anime u otros espectáculos especiales. A veces, Rin sintoniza el canal de música y lo reproduce mientras está cocinando.
Yukio es aún peor, mirando solo los documentales y las noticias. Es tan aburrido que Kero terminó llorando la única vez que intentó escabullirse para ver un programa con Yukio.
Cuando Kero pasa frente a una muy elegante casa, oye gritos y reproches. Los cuales se hacen más fuertes hasta que la puerta de entrada se abre de golpe. Kero se escabulle rápidamente detrás de un poste cercano y observa a un hombre de aspecto asediado salir con una bolsa grande y un montón de cajas también.
Detrás de él, puede escuchar algunos gritos que logra entender cuando se esfuerza más por escuchar.
"Finalmente tenemos una PS3, ¿por qué demonios necesitaríamos porquerías viejas? ¡Todo puede desaparecer! ¡Incluyendo esos viejos juegos estúpidos que ya nadie juega!"
"Querido, los juegos aún son utilizables, al menos puedes venderlos..."
"¡Al diablo! No valdría la pena. Si valiera la pena, podría intentarlo, ¡pero no vale la pena el esfuerzo!"
Kero observa mientras el hombre regresa al interior, sin su carga, la cual coloco en el punto de recogida de basura del vecindario. Kero mira a su alrededor y recuerda que en dos días será la noche de recolección de basura para esta sección.
Y una idea le viene a la mente, especialmente cuando se acerca y ve que incluso hay una televisión todavía funcional entre las cosas.
'¡Ah, lo tengo! ¡El perfecto destructor del aburrimiento!' Kero hace un loop-d-loop(1) y luego se marcha, planeando irse a casa y dormir un poco antes de tener que convencer a Rin de que lo ayude con su plan.
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