Okumura Rin tiene doce años cuando conoce a Kerberos y las cartas.
Las cartas mágicas suenan como algo salido de una historia de fantasía, pero eso es con lo que Rin tiene que lidiar. Peor aún, debido a un accidente, tiene el deber de capturar a tod...
Con Enero llega el Año Nuevo y con el Año Nuevo viene la primera visita al santuario del año. Por supuesto, antes de eso todos deben estar preparados y vestidos para la ocasión.
Lo que sería más fácil si Yukio no estuviera protestando por el kimono en el que está siendo metido. Yukio frunce el ceño ante la tela que se le fue entregada y el hecho de que Rin ya está vestido para la ocasión.
"¡Tengo trece años, soy demasiado viejo para esto!" Protesta Yukio. Una protesta inútil, ya que todo el mundo está conspirando contra él y Shirō agita la cámara alrededor.
Rin le pone mala cara a Yukio. "Sólo estás siendo un aguafiestas".
"¡Qu-no lo soy!" Yukio no puede creer que su hermano le esté haciendo pucheros. "¡Realmente no deberíamos necesitar vestirnos de manera especial!"
"Tal vez. ¡Pero vamos Yukio, es divertido!" Rin gimotea, poniendo sus manos frente a él y suplicando. "Solo deja de hacer tanto alboroto y no parecerá tan malo".
Yukio da un gruñido y protesta, pero es poco entusiasta en el mejor de los casos y por eso se somete al kimono en el que está envuelto. Al menos es cómodo y esta no es la cosa más vergonzosa que haya usado.
Shirō parece estar pensando lo mismo, deseando haber podido obtener algunas fotos de lo que sucedió en la última misión antes de Año Nuevo. 'Eso fue demasiado valioso... lástima que nunca voy a tener otra oportunidad para eso...'
Mientras Yukio ajusta su obi y Rin le da alegremente su kinchaku, Shirō se pregunta cuántas fotos podrá sacar a escondidas de la visita de este año.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para aquellos de otros países, la idea de que los cristianos participen en lo que en última instancia es un ritual sintoísta parecerá extraña. Pero en Japón, esto está lejos de ser inusual, ya que sus puntos de vista sobre la religión difieren, por lo que tener una religión y solo una, es lo inusual.
Dicho esto, todo el monasterio se dirige al santuario cercano. Todo el lugar esta atestado como de costumbre y solo pudieron llegar tarde al segundo día del Hatsumode(1) debido a algunos papeles que estaban esperando para ser confirmados como terminados.
'Odio hacer papeleo en Año Nuevo'. Se queja Shirō, pero la Orden necesitaba ese papeleo. Al menos los hizo antes de la víspera de Año Nuevo y por lo tanto, estuvo ocupado limpiando el monasterio con los demas durante ese día. 'Lo siento por la pobre savia que tuvo que manejar el papeleo después de mí...'
Descartando eso de su mente, Shirō mira a la gran multitud y la fila de personas. Ya se había acercado al puesto cercano para conseguir Amazake para el grupo, incluso Rin y Yukio bebían de la bebida dulce y caliente. Todo el grupo está en silencio, pero eso no es inusual ya que el silencio es normal en Hatsumode.
Mientras se acercan al haiden(2) de este santuario, Shirō nota el pequeño juguete de peluche que Rin trajo consigo. No solo lo nota por ser inusual, sino porque lo ha estado viendo desde hace bastante tiempo. Desde el comienzo del año escolar Shirō ha visto ese pequeño muñeco de peluche y francamente, es algo confuso.
