"¡Uwaaaa!" Rin tropieza y se las arregla para apartarse del camino de la ridícula cantidad de juguetes que lo atacan. "Oh, tienes que estar bromeando..." Él gime y se pone de pie, echando a correr de nuevo.
Esta, es la vida de Rin actualmente. Aparte de lidiar con el trabajo normal de la escuela, tiene actividades extracurriculares que involucran ser atacado por un montón de juguetes animados a altas horas de la noche.
"Kero, ¿dónde está el cuerpo principal de mierda?" Rin grita, todavía huyendo de los malditos juguetes. Esto es todo culpa de Jump, el cual Rin lleva cazando desde más temprano esta noche. Desafortunadamente, Jump es un cabrón bastante agresivo y animó a todos los juguetes dentro de la tienda de juguetes en la que se escondía. Rin, quien no quiere destruir los juguetes, está atascado huyendo de ellos. No puede sacar a Fly, ya que necesita su báculo libre para usar las otras Cartas. Además, puede correr fácilmente por delante de un montón de juguetes mágicamente animados.
... a menos que de alguna manera logren emboscarlo. "¡¡¡JODER KERO!! ¡¡¿Pensé que Jump era estúpido?!!" Rin termina pateando todos los malditos juguetes, haciendo una mueca ante unos pocos choques y los sonidos de cosas rompiéndose.
"... Uh..." Kero realmente no tiene una respuesta a eso, excepto mirar al niño de doce años que está siendo atacado por un montón de juguetes.
Rin se gira y agarra uno de los juguetes que lo atacan. "¡Ahí estás, pequeño cabrón!" Rin fulmina con una mirada asesina a Jump, al cual sostiene por sus orejas. Jump parece estar aterrorizado e incluso en pánico por un momento, antes de que Rin lo golpee con el báculo.
Sin tratar de sellar la Carta, el pequeño ser rosado parecido a un conejo queda inconsciente, liberando el dominio que tiene sobre los juguetes y haciéndolos caer por todo el lugar. Kero suda ante la vista. 'Parece que Rin está de mal humor esta noche...'
"Jump, te ordeno que regreses a tu verdadera forma... ¡Carta Sakura!". Un remolino de luz y Rin esta recibiendo la Carta mientras gruñe. Entonces él bosteza. "Maldita sea... la caza de las Cartas se está interponiendo en el camino de mi sueño..."
"Entonces tal vez deberíamos tomar un descanso." Kero vuela con cuidado hacia Rin.
Rin lo mira sorprendido. "Pero las Cartas..."
"Podemos esperar unos días. Si esto continúa, no solo estarás en un estado de ánimo aún más desagradable, sino que también comenzarás a cometer errores. Y eso puede ser fatal con ciertas Cartas", explica Kero.
Rin no logra sofocar otro bostezo. "Esta bien... tres días más o menos de sueño adecuado arreglaría eso..."
Kero tiene que sonreír. "Vamos, Rin, vamos a casa". Él mira el desastre dejado por Jump y suspira. "Otras personas pueden manejar la limpieza".
"¡¿Quién es un buen chico?! ¡Sí, sí, tú lo eres!" Rin se ríe alegremente y acaricia al gran perro que está moviendo la cola y disfrutando mucho la atención. Yukio suspira al ver a su hermano totalmente atrapado por el perro y distraído firmemente de su verdadera tarea.
"Nii-san... si no te das prisa, llegaremos tarde a la escuela..." A pesar de esto, Yukio tiene que sonreírle a su hermano, quien está adorando y arrullando a un perro. "Si solo los otros estudiantes pudieran ver esto... entonces no estarían tan preocupados por él". Sin mencionar que esto prueba que Rin es ahora tan enérgico como se supone que debe ser; Ya no luce anormalmente somnoliento todo el tiempo. Entonces algo golpea a Yukio, y frunce el ceño, desconcertado. "Oye, ¿no era ese perro vicioso antes?"
Rin, en medio de frotar la gran barriga del amigable perro, mira a Yukio. "Uh... tienes razón. Me pregunto qué pasó..." Rin parece preocupado por lo que podría haber cambiado el temperamento del perro, pero se distrae rápidamente por el perro quejándose de atención. "Oooh... ¡qué perro tan dulce eres ahora!"
ESTÁS LEYENDO
Herencia de las Cartas
FantasyOkumura Rin tiene doce años cuando conoce a Kerberos y las cartas. Las cartas mágicas suenan como algo salido de una historia de fantasía, pero eso es con lo que Rin tiene que lidiar. Peor aún, debido a un accidente, tiene el deber de capturar a tod...