Un cap mega cortito. pero importantísimo :) ya entenderán por qué.
Tenía escrito parte de este hace mucho tiempo y me moría por finalmente subirlo, así que es por eso que he decidido subirlo tan rápido.
***
Una semana en Argentina fue como una semana en el cielo. Escapamos de todo y de todos. No fuimos molestados por ningún otro doble cero como tampoco por llamadas inoportunas. Durante esos siete días nos dedicamos a disfrutar, a comer y a amarnos como siempre lo hacíamos.
El tema del algodón de azúcar se nos estaba escapando de las manos. Estábamos generando una adicción a ello y como todo adicto no nos dábamos cuenta. Y es que cada vez que estábamos solos (que era casi todo el tiempo) nos pegábamos como el imán al metal.
Me sentía como si estuviera de luna de miel. De la mano de mi apuesto esposo, paseando sin ninguna preocupación, disfrutando de la exquisita comida y teniendo noches muy dulces y excitantes con Max.
Aún sentía el entusiasmo del viaje cuando dejamos el hotel y nos embarcamos al taxi, pero una vez que pisé el suelo del aeropuerto la realidad me golpeó como un balón de fútbol en la cara. Ya nos íbamos, debíamos regresar al mundo real.
- Quedémonos una semana más.
- Lo haría, pero tenemos responsabilidades – repondió Max a mi lado, soportando mi peso.
- Seamos irresponsables otro ratito – como no me prestaba atención, continué: - ¿Cinco minutos más de irresponsabilidad?
- No.
- ¿Dos minutos más?
- Luisa ya es tu turno.
- ¿Un minuto más?
- ¡Siguiente!
Estábamos en la fila para embarcar, pero antes de eso un guardia de seguridad debía revisarnos con esos detectores para asegurarse que no lleváramos armas o peor aún, algún aretes o pulsera que hiciera sonar el aparatito. ¡Cómo les fastidiaba que uno llevara alhajas!
Con una cara de tristeza me mantuve inmóvil con los brazos extendidos mientras el detector de metales pasaba por todo mi cuerpo.
- Revísenla bien – gritó Max detrás de mí, aún en la fila.
Me volteé lo suficiente para dedicarle una mirada nada agradable.
Me senté junto a la ventanilla del avión para echarle una última mirada al paisaje argentino,} mientras Max guardaba las maletas. Había sido un viaje increíble ¡Fascinante! y lo mejor de todo era que lo había disfrutado junto a Max.
Me giré en el asiento y tomé su mano apretándola. Estaba sonriente, parecía que no podría relajar las mejillas y dejar de sonreír como una muñeca de porcelana.
- Muchas gracias por este increíble viaje.
- No hay nada que agradecer – dicho esto, depositó un beso en mi cabello.
Mientras esperábamos que todos embarcaran y arrancara el avión, saqué mi celular y vi las fotos que nos habíamos tomado durante nuestras vacaciones.
La primera foto la había tomado Max. En ella estaba yo de pie con la típica pose de tetera, con una mano en la cintura y otra en el aire señalando la opulenta habitación del hotel en Buenos Aires. En mi cara era evidente el cansancio por el viaje, pero mi sonrisa de cheerleader era auténtica. La segunda foto era claramente tomada por mí. El desayuno en la cama con la fruta fresca, el café y los huevos se veía tan perfectamente arreglados que era inevitable que le tomara una foto.
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Entre tú & yo
Ficção AdolescenteLuego de sobrevivir a un secuestro y a la revelación de una cruda verdad, Luisa continuará con su ordinaria vida acompañada de su inseparable amiga Kitana, de su fiel amigo Jason y de su novio Max aunque éste se encuentre lejos, muy lejos de ella. ...