Capítulo 6: El alcohol y Luisa no combinan

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Debo admitir que Kitana tiene talento en la decoración para fiestas, cuenta con demasiado ingenio. Mi sala está irreconocible... una vez más. Hemos pasado toda la mañana del sábado trasladando los ramos de rosas a mi cuarto para crear espacio para la fiesta, aunque hemos dejado algunos ramos distribuidos por mi depa. Se ven... bonitos y aportan color a la decoración.

Además, hemos colgado globos y cintas por todas partes, hemos movido los muebles para crear la pista de baile y Kitana me ha sorprendido con un enorme letrero de escarcha dorado que muestra un "Feliz cumpleaños #22 Bitch" en letras de color rosa. En cuanto lo vi ¡Me encantó! ¿Quién diría que terminaría acostumbrándome al apodo de mi amiga?

Para cuando terminamos nos dejamos caer en uno de los muebles, soltando un suspiro. No sabía que las fiestas eran tan agotadoras... No ha empezado si quiera y ya me quiero ir.

- El esfuerzo ha valido la pena – Comento aún sentada – Ha quedado hermoso, muchas gracias Kitana. – Tomo su mano y la aprieto – No pensaba que los colores de quinceañera me iban a gustar.

- Y tú querías platos de Spiderman... ¡Ay Luisa! – Se pone de pie frente a mí – Vamos a descansar, debemos estar con energía para la noche. ¿Hacemos pijamada?

¿Ah? ¿A esta hora?

- Son las dos de la tarde Kitana.

- ¿Y? Cierra los ojos y parece que fuera de noche ¡Vamos! Me duelen los brazos.

Nos dirigimos a mi habitación y nos recostamos, yo abrazando mi peluche de panda y ella arreglando su cabello para que no se despeinara. No es sorpresa que las dos cayéramos en coma en seguida, especialmente yo. Mi cama sabe cómo acurrucarme.

Sin embargo, como toda cosa buena en la vida, debe terminar. La alarma en el celular de Kitana suena tan alto que me levanto asustada y con el corazón dado vuelta.

- ¿Qué? – Balbuceo aún dormida.

Kitana se remueve y apaga al destructor de sueño.

- ¡Ya son las seis! – Salta de la cama y puedo jurar que a su alrededor salen chispitas y estrellitas de lo emocionada que está – Tenemos como tres horas para pasar de chilindrinas a Kardashians ¡Vamos, tú te bañas primero!

Riendo salgo de la cama y me dirijo al baño. Al encender la luz pego un brinco al ver mi reflejo.

- Parezco una chilindrina que anda en drogas. – Me acerco al espejo - ¿Esas son... ojeras? Oh no... ¡Tengo granitos!

- Se pueden arreglar con maquillaje... - Kitana asoma su cabeza y me mira sonriente - ¡Muévete! Yo también me debo duchar.

- Prométeme que me dejarás como el día de la graduación. – Comento recordando lo bonita que estaba – ¡Transfórmame!

Kitana suelta su típico gritillo de júbilo y aplaude como una foquita de circo.

- Te peinaré y vestiré ¡Y obvio tu maquillaje será es-pec-ta-cu-lar! Será como jugar a las muñecas pero más divertido.

Bueno, lo admitiré: siento cierta emoción por la fiesta. ¿Qué puedo decir? Kitana hace que todo parezca emocionante y divertido.

***

Kitana da los últimos toques a sus pestañas cuando mi puerta suena, anunciando la llegada del primer invitado.

- ¡Ya comenzaron a llegar! – Grita.

Aferra mi mano y corremos hacia la sala pero me detiene bruscamente en el mesón de la cocina. Le agradezco que dejemos de correr, estos tacones que cargo parecen querer torcer mis tobillos.

Entre tú & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora