Bienvenidos a la Familia Galaxia que llega con mucha fuerza dando comienzo con el año galáctico, se preguntaran ¿qué es esto? Pues es muy fácil: somos un grupo de escritores que nos unimos para participar en un gran proyecto que llamamos: un año gal...
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- Y bien, Catalina. ¿Me dirás lo que realmente tienes?-. Preguntó mirando de frente a su novia quien sólo evitaba su mirada y observaba su helado de pistache.
- No-. Respondió secamente, jugaba con sus dedos algo nerviosa.
- ¿No?-.
- Es por que no tengo nada-. Se paró de golpe y miró al chico de cabellera negra-, sólo quiero estar sola.
- Bien. Si eso quieres, puedo llevarte a tu casa y...
- No, no Leo-. Negó repetidas veces con su cabeza-. Dije que quiero estar sola, ¿no escuchaste?
El susodicho bajó la mirada y soltó un suspiro.
- Entonces... ¿Nos vemos mañana?-. Preguntó alzando su cabeza, pero grande fue su sorpresa al ver que la peli-roja ya se había marchado-. Ni siquiera se despidió de mi-. Murmuró algo desanimado.
°°° Catalina caía a un suave colchón mientras un chico rubio se ponía sobre ella y la besaba de forma apasionada.
Erick, el supuesto amante de ella era con quien siempre se veía todas las noches. Engañando así a Leo, que a pesar de todo siempre le dio todo lo que ella deseaba.
Ahora a ella no le importaba sus sentimientos, quería disfrutar esa noche tan apasionante con Erick.
Sólo que en esa ocasión no todo sería lo mismo.
°°° - ¡¿Cómo que Leo está en el hospital?!-. Exclamó tras escuchar aquella noticia.
Su amiga, Setcha, se había enterado sobre un accidente que tuvo el peli-negro tras la supuesta "cita" que tuvo con Catalina.
Ahora la peli-roja Corría por todas las calles de la ciudad hasta poder llegar al hospital.
Después de varios minutos al fin había llegado a dicho lugar, entró y le preguntó a la enfermera por su novio. Esta le indicó el número de la habitación y del piso.
Finalmente llegó a con él y su rostro cambió de cansancio a uno de pánico.
Él, cubierto de vendajes, varias máquinas conectadas a su cuerpo y su estado cada vez más débil.
- Leo-. Se hincó a su lado y tomó su mano-. Cuanto lo siento, yo no quise lastimarte de esa forma, pero yo ya no soy feliz contigo.
Sintió las lágrimas deslizarse por sus mejillas tras ver el cuerpo algo pálido del peli-negro en aquella cama de hospital.
Le dolía y mucho- *¿por qué no simplemente le dijo la verdad?*
Era por sentirse cobarde y no llegar a volver a verlo.
Se creía culpable de tal vez una muerte amorosa, pero él estaría en un lugar inalcanzable en donde ya no llegaría a tomar su mano, ni siquiera a escuchar un *Te amo*.
°°° Pocos días después, Catalina se enteró de que Leo había despertado.
Contenta, llegó a la habitación indicada y hay lo vio.
Él era atendido por Setcha, había olvidado que ella era ayudante del hospital. Le restó importancia y se acercó a ambos.
Los caramelos que le llevaba especialmente a él, calleron de sus manos al escuchar *¿Y tú quién eres?*
- Al parecer perdió la memoria tras el accidente-. Le informó la mayor quien la miraba con tristeza.
La peli-roja estaba dolida y más por ya no ser más la novia de Leo, después de todo. Su amor era simplemente falso.
