Despierto aturdida, y en cuanto mis pies descalzos tocan el suelo, mi mente se activa completamente. Abro bien mis ojos, tan sólo para darme cuenta que esto es un sueño... Pellizco mi hombro para asegurarme que es así, pero el dolor se extiende sobre todo mi brazo y no despierto nuevamente aturdida, confundida.
Repaso mi habitación con la mirada. Absolutamente todo está hecho de papel. Papel sucio, desgastado y lleno de cifras.
¡Nunca puedes gastar en mí, maldición, papá! ¡Quiero ese auto, más que a ti!, de pronto, recuerdo la noche anterior.
Abro la puerta para poder buscar a mis padres, quienes deberían estar desayunando justo en este momento. Bajo cuidadosamente las escaleras de papel, extrañamente resistentes, y en un abrir y cerrar de ojos llego a la primera planta, donde veo la televisión encendida y con Fox pasando algo que, como cosa rara, no es Los Simpsons.
Pero todo sigue siendo de papel.
—¡Mamá!
Escucho cómo algo cruje detrás de mí, pero no volteo. Vi esto en una película y sé que no debo voltear.
—¿Qué pasó, cariño? —en cuanto escucho la dulce voz maternal de mi madre, comprendo que girar a ver qué hay detrás de mí no será tan malo como en las películas que veo.
Pero entonces, lo que veo es incluso peor que el monstruo asesino de la laguna...
—¿¡Qué carajo!? —salto hacia atrás y corro a la cocina para tomar una tijera.
—¡Te voy a lavar la boca con cloro, abusiva! —acerco las tijeras a ella en señal de amenaza, pero las bajo en el segundo que la escucho decir aquellas palabras. Oh, por Dios, sí es mi madre.
¿Qué pasó? ¿De qué me perdí?
—Cariño, sé que el hecho de que embargarán la casa y que nos quitarán casi todo te tiene mal, pero saldremos de esta... —acerca su mano de papel a mi mejilla y la acaricia suavemente. Con delicadeza.
Pero su tacto me causa escalofríos y en un brusco movimiento de mi parte, uno de sus dedos abre una herida cerca de mi ojo derecho.
—¿Y papá?
El silencio que se hace en la habitación sabe amargo, ácido, feo... Y mi madre deja salir una gota de tinta de su ojo.
—No hagas esto, por favor, hija.
No entiendo a qué se refiere. Ladeo mi cabeza y entonces caigo en la cuenta que soy de papel, y que el corte que sentí no fue más que mi imaginación.
—Él trató de conseguir el auto que querías, y sé que te falló... Y que ahora no está más, pero por favor no hagas como que no pasó... —un sollozo brota involuntariamente de mi garganta.
La habitación comienza a dar vueltas y despierto asustada y sudando. Voy directamente a la habitación de mis padres y, entonces, lo veo tendido en el suelo. Con la sangre manchando las manos temblorosas de mi madre, me doy cuenta que nunca lo supe apreciar.
Y que ya no lo podré hacer, porque lo he perdido para siempre...
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Mónica ▶ El_Firulais
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La noche estrellada
RandomBienvenidos a la Familia Galaxia que llega con mucha fuerza dando comienzo con el año galáctico, se preguntaran ¿qué es esto? Pues es muy fácil: somos un grupo de escritores que nos unimos para participar en un gran proyecto que llamamos: un año gal...