Capítulo 8

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Permanezco inmóvil, mientras las ultimas sacudidas se desvanecen, dejando solo una sensación de adormecimiento en mi espalda y hombro.

—Mihan, Koller, ¿Están bien?

―¡¿Mihan?! —susurra Koller, removiéndose debajo de mí. Cubrirlo fue algo casi instintivo.

―¿Están bien? —Marine aparece en un segundo a nuestro lado, a pesar de no encontrarse en los laboratorios.

Ignoro las preguntas, asegurándome del estado de Koller, sus gafas se han caído y me observa con enormes ojos.

―¿Estás herido? ―pregunto al ver las manchas de sangre en su ropa. Él sacude la cabeza, antes de que Marine me obligue a soltarlo, pero en lugar de mirarlo a él, ella me examina.

―Estás hedida ―declara señalando mi brazo. Sigo su mirada, comprobando la sangre que resbala, aunque puedo darme cuenta de que ha comenzado a dejar de sangrar―. Muévete. Aun tienes el cristal dentro...

―Puedo curarla. ―Se ofrece Kyla, rebuscando en uno de los muebles. Las luces parpadean y todos nos tensamos, pero se mantienen.

Eso es bueno. Dejo escapar el aliento.

Me alegra que ninguno de ellos muestre signos de heridas, la sangre que salpica la bata de Koller parece ser mía. Todo ha sucedido tan rápido. Miro el techo, el cristal que mantenía el lugar aislado ha desaparecido.

―Aun no era tiempo ―murmuro a Marine. Se suponía que los bombardeos estarían sobre nosotros hasta la siguiente semana, aún quedaban un par de días antes de que las cosas fueran caóticas.

―Siéntate. ―Ella sacude la cabeza, empujándome en uno de los bancos, cuando Kyla se acerca a nosotras.

―¿Todos bien? ―pregunta Asim, antes de poner sus ojos en mí―. ¿Algún otro herido? ¿Necesitan ayuda?

―No, solo ella —contesta Marine, antes de hablar mentalmente―: "¿Revisaste las instalaciones? Las lamparan están fallando". Desde luego que asegurar el lugar es prioridad.

"Harker se está ocupando en este momento, pero casi puedo jurar que tenemos un pequeño problema con el generador".

"¿Qué tan grave es?" pregunta ella mientras Kyla me indica que retire la parte superar de mi traje. Lo hago, dejando el descubierto un top, por lo que no es problema los ojos masculinos, que desde luego no parecen prestar atención a mis partes femeninas.

"No estoy seguro. Depende que tanto daño haya sufrido, pero me temo que bastante. Fue esa sección la más afectada. Sin embargo, veré que se puede hacer o si tenemos algún generador de repuesto. Y antes de que lo pregunten, si, sé algo de eso". ―Entonces...

―Revisa las instalaciones. "No se alejen demasiado y estén atentos a las réplicas".

―No hay problema ―contesta él en voz antes, antes de marcharse.

Entiendo que lo que menos desean ambos es preocupar a Kyla y Koller.

―Me salvaste la vida. ―Veo a Koller, quien poco a poco ha recuperado el color, aunque aún parece un poco preocupado.

―Estoy aquí no solo para ayudar ―contesto, tratando de mostrarle una sonrisa.

―Esto dolerá ―avisa Kyla.

―Solo saca los cristales ―indica Marine, sin preocupación―, le daré algo de sangre y es posible que mañana este cerrada.

―Olvidaba lo rápido que se recuperan. ―Kyla es hábil, extrae los pequeños trozos de vidrio con manos rápidas, dejándolos sobre un recipiente de cristal.

La guardia (Saga la Donante #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora