Espectro (Completa | Sin Editar)

|Capítulo 10|"En el sueño"

Mi pecho subía y bajaba, agitado.

Mis ojos apenas se abrían, no podía mover ni un sólo músculo. Era lo que se conocía como "episodio de parálisis del sueño".

Cuando por fin pude moverme, me quedé dormida.

Pero antes me pareció poder visualizar la silueta de Espectro.

¿Será que me espiaba?

━━━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━━━

El lugar estaba oscuro, no sabía reconocer algo de esa habitación.

A los pocos segundos, cambió a todo como había dejado antes. Las paredes de mi color favorito, celeste, mi cama en esa ubicación y demás. Había pasado de un cuarto frío, oscuro y vacío; a lo que ya conocía.

Lo más extraño que vi fue a Espectro. Pero humano.

No había rastro alguno de ser un fantasma.

Parecía ignorarme. De pronto, se volvió de noche y supuestamente yo intentaba dormir. Digo intentaba, porque en realidad no tengo idea de lo que trataba de hacer.

Él apareció, sentado en mi cama, con aire despreocupado mientras su mirada posaba sobre la ventana, como si no estuviera ahí.

Quise abrir mis labios y pronunciar algo, pero las palabras se eliminaron de mi cerebro antes de que pudiera decir algo.

Su mirada carmín volteó a verme, su nariz un poco puntiaguda se arrugó junto con su entrecejo. Parecía estar debatiendose sobre  quien era yo.

No emitió sonido alguno, simplemente parecía que me lanzaba rayos láser  con la mirada.

—¿....?¿Qué...? —percibí que temblaba y no podía hablar fluido. ¿Sería otro de sus efectos en mí?

Jackson o Espectro, parecía divertido, sus labios se dibujaron en una sonrisa y posteriormente me agarró del brazo para decirme:—. Las respuestas las tendrás a su debido tiempo, no te esfuerces. Apareceré fuera de tus sueños cuando lo crea necesario.

Quise reírme en su cara, me parecía una estupidez y a la vez un asunto de gran importancia. ¿Cómo era que un maldito fantasma lograba causar tanto temor en mi persona?Y lo peor, ¿Por qué con unas tan simples y frías palabras me manipulaba?

Sus manos dejaron de sostener mi brazo y desapareció, como siempre hacía.

Intenté levantarme de mi cama, pero no pude. La habitación comenzaba a caerse a pedazos en el agujero negro que se creó en el centro.

Me arrastró la corriente del viento y caí en un vacío inmenso. Totalmente negro.

Desperté.

—¿Qué hora es?¿El despertador ya sonó? Cierto que hoy es viernes y entro más tarde —pensé en voz alta, articulé tan rápido las palabras que apenas logré comprender que dije.

Mi pulso era muy acelerado, supuse que en cualquier momento se me tapaban las arterias o lo que fuera y me provocaba un infarto. A los pocos minutos, fui tranquilizandome de a poco.

El sudor estaba impregnado en todo mi cuerpo, al menos no olía mal. Busqué mi celular con la mirada para revisar la hora.

El cajón donde se hallaba la carta borroneada, estaba abierto.

Y tenía algo que brillaba en su interior.

—¿El dije...? —me callé y palpé en mi cuello para corroborar que estuviera allí. Lo estaba, así que ese dije no podía ser.

¿Entonces qué era?

Escuché unos pasos resonar en el piso de madera y volteé al umbral de la puerta, era mi gato. Mi bebé hermoso y gordito.

Me levanté para acariciarlo como una desesperada, olvidando el tema del objeto brillante en el cajón. Olvidando que era de noche aún y debía levantarme temprano.