Capítulo 7- Aturdida.

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Durante la noche no pude dormir.

Los recuerdos asechaban mi mente para confundirla. Y me sentía aturdida.

Decidí levantarme al baño, para mojarme un poco la cara y tranquilizarme. Mi respiración se volvía agitada, sentía que algo me perseguía.

Y por un momento, olvidé a Espectro. A sus apariciones, la hora en que aparecía, todo.

Dejó de ocupar mi mente.

Al terminar de enguajar mi rostro, observé al espejo. La silueta de una chica casi idéntica a mí se pudo visualizar detrás mío. Sólo fue un corto instante.

Supuse que mi cabeza me estaba jugando una mala pasada otra vez.

Volví a mí habitación, ignorando a aquellos ojos rojos que me observaban desde las sombras de mi habitación con la luz apagada.

Habían pasado dos meses. Dos meses de visitas continuas todos los días por parte de él, dos meses en los que busqué motivos por los que aparecía por mí. Y al final, creo que los encontré.

—Soy igual a ella, a Azy. Es por eso que vienes, ¿Verdad? —pronuncié despacio antes de volver mi mirada al libro que estaba leyendo hace unas horas.

"Asesinato en el expreso de Oriente" de Agatha Christie.

Silencio rotundo. No respondió. No sé movió. Nada.

—¿Espectro? —susurré, dirigí la mirada hacia la silla que antes ocupaba. No estaba allí.

Desapareció. Incluso lo busqué por toda la casa. Cero rastros de él.

¿Por qué se marchaba?

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Volví a mí casa. Estaba a oscuras, ya que anteriormente había anochecido.

Lo qué más me extrañó fue encontrar la luz de mi habitación, prendida. No recordaba haberla dejado apagada.

Resté importancia al suceso, puesto que tal vez no la había apagado antes de ir a la casa de Aaron.

—Viniste —pronunció una voz femenina, un timbre de voz bastante agudo y de ardilla.

Volteé. No había nada, quizá era la falta de dormir.

Debía ser eso, el sueño, la falta de horas de dormir.


Pasadas las horas, él apareció. Esta vez estaba segura que para aclarar mis dudas.

—¿Jackson? —llamé de manera involuntaria, él pareció no inmutarse hasta que volteó. Sus ojos penetrantes quemaban sobre mí rostro.

—Busca.

—¿Qué debo buscar?¿QUÉ BUSCO? ¡Respondeme y no te esfumes! —grité exasperada. Él se esfumó en el aire.

Algo debía buscar, pero qué, ¿Qué debo buscar exactamente?

Me dirigí al cajón donde guardé la hoja que, en un supuesto sueño, me había revelado los nombres de Jackson y lo que suponía que era su mejor amiga.

Estaba borrosa, pero algunas palabras se podían entender.

Medallón.

Árbol.

Quiero.

—¿Qué formo con esto?

—Ata las piezas, Ivonne —resonó, en mi cabeza, una voz parecida a la de Aaron.

Espectro (Completa | Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora