La Rehabilitación

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Capítulo 3


Desperté con la cálida brisa salir de la ventana, debo agregar que nunca me percaté sobre la existencia de una ventana en ese dormitorio, todo en el tenía un aspecto de cápsula de retención, parecía muy cerrado.

Miré el reloj sobre el escritorio, marcaba las 7:35, me había levantado temprano, con lo cansada que estaba, estos últimos dos días pasé durmiendo, y no tuve tiempo de comprender mi situación desde cerca, ni siquiera me había visto al espejo, no sabía el aspecto de mi cara, retiré las sábanas de mi cuerpo torpemente, aún no podía moverme bien y sentía dolor en mis músculos, desde mis tobillos hasta mi cuello, tengo una actitud de vieja, pensé.

Recosté mi cabeza sobre mi hombro y me dediqué a observar detenidamente mi brazo izquierdo, según el expediente, este brazo estuvo literalmente destrozado, no entiendo como los médicos pudieron repararlo, con cuidado desabroché el vendaje que lo sostenía, hasta dejarlo completamente al desnudo, pequeños tornillos recorrían desde mi codo hasta mi muñeca, probablemente este fue un método que tomaron los doctores para curarme, pero a comparación de mi brazo derecho el izquierdo parecía sacado de una película de cyborgs, moví con cuidado mis dedos, respondían con total naturalidad, me sobresalté un poco al escuchar una voz grave desde el otro lado del dormitorio:

-Venía a realizar tus exámenes de movilidad, pero veo que te me adelantaste...

El doctor encargado de mí me reclamaba con un tono divertido y acusatorio

-Tenía un poco de curiosidad,*respondí desinteresada*

-Claro, eso es normal, creo que ya es hora de saber si haz sanado lo necesario

Con sumo cuidado el doctor me sostiene de los brazos, yo me cuelgo de sus hombros y me ayuda a sentarme en la cama, tenía los pies colgando desde la cama, los moví de un lado a otro ansiosa mente, ya quería probar mis piernas, si lo pienso un poco mas profundo, técnicamente nunca había caminado, sería algo nuevo para mí, pero no me preocupaba, tan sólo me invadían sentimientos de emoción y curiosidad, el doctor me acerca un par de muletas, las coloca en mis brazos.

-Afirmarte sin miedo, veamos si estas son las adecuadas para ti.

Las muletas se amoldaban perfectamente a mis brazos, así que rápidamente me apoyé completamente en ellas y mis pies tocaron el suelo, estaba algo frío, pero se sentía bien estar parada en el suelo, el doctor me sostuvo con su brazo por detrás de mi espalda y dimos algunos pasos hacia la puerta del hospital, una enfermera amablemente la abrió para que pasemos.

-¿Estas preparada?

-¡claro que si!, *mis ojos se iluminaron del asombro*

Un gran corredor se abría frente a mi visión, a lo largo de él, habían muchas puertas similares a la de mi dormitorio, mantenían un orden casi perfecto de colores y formas, me pareció algo aburrido al principio, pero la idea de una aventura, de descubrir el lugar, me pareció fascinante, me acerqué a un espejo del pasillo y me vi por primera vez, era una chica de estatura promedio, pelo castaño claro y ojos color miel, grandes, mi boca era pequeña junto con mi nariz, mantenía una postura esbelta, no me tome demasiado tiempo observándome y continué.

Al recorrer el pasillo pude curiosear algunos dormitorios vecinos, las puertas estaban abiertas, en algunos de ellos habían adultos, ancianos y chicos más jóvenes, uno en específico me llamó la atención, en él recostado en la ventana, pude ver a un muchacho, parecía de mi edad, pude notar su mirada perdida, parecía mirar hacia afuera, en menos de un segundo se dió la vuelta y pude ver su cara, una gran cicatriz llegaba desde  arriba de su ceja hasta detrás de su oreja, esa zona estaba rapada, tenía unos bellos ojos verdes que me observaban curiosos, el doctor notó mi distracción, me sostuvo aumentando su firmeza y me acercó más a él, seguimos avanzando por el pasillo

-¿Viste a ese chico?

-¿Q-que? Supongo...

-Él está aquí ya hace un tiempo, un poco antes de tu internación

-¿Eso no es mucho?, ¿ Por qué sigue aquí? *Yo estuve dos años internada, ¿cuál será la causa de que siga aquí?, ¿acaso una enfermedad?*

-El tuvo un grave accidente de auto, aún no se sabe  mucho sobre su familia...

Había quedado perpleja, no me esperaba una respuesta tan rápida que me causara tantas dudas...

-Luego te contaré más de él si te interesa

-No es que me interese pero quizás luego pregunte...

-Está bien, *una pequeña risa salió de ambos*

Estábamos tan sólo a unos pasos de la sala de rehabilitación, pude distinguirla por el cartel con su nombre que está sobre la puerta, al entrar un grupo de muchachos nos recibieron con entusiasmo, una chica se acercó:

-¡Hola! ¿Que tal?, Doctor Millers, mucho gusto, tu debes ser Isabelle

-Si, así me llamo...

-Yo soy Natalie, gusto en conocerte, yo te acompañaré en la sesión de ejercicios de fisioterapia del día de hoy, comenzaremos por la movilidad de piernas.

-Primero deja las muletas a un lado y agárrate fuerte de la barandilla, *la chica me guió hasta un sector de barandales, me colocó en el comienzo y me sostuvo levemente para ayudarme si era necesario.

-Debes intentan caminar hasta el otro extremo, generalmente no lo lograrás a la primera, tal vez vengas a varias sesiones para lograrlo, pero no te presiones.

Asentí con la cabeza, levanté con cuidado mi pierna izquierda, llevé mi cuerpo hacia adelante y mi pie sea apoyó en el suelo, seguí así con la siguiente pierna lentamente, sabía que me tomaría tiempo, pero mi objetivo del día de hoy era lograr llegar al otro extremo, mis brazos tenían fuerza, ya los había utilizado para alimentarme y otras tareas, pero mis piernas se sentían pesadas y difíciles de desplazar.

Dejé escapar un suspiro, esto se volvió algo más aburrido de lo que pensé, luego de unos minutos llegué al final, todos los del personal en la sala me aplaudieron, sorprendidos.

-¡Genial!, ¡eso ha sido un gran avance Isabelle!,* levanté la cabeza orgullosa, me devolvieron las muletas y me senté a descansar.

Escuché como la puerta de la sala se abría, mis ojos se desviaron hacia ese punto al ver una cara conocida, y digo conocida por haberla visto hace un rato atrás, era aquel chico de la ventana, cruzó la puerta y se dirigió a una máquina de pulsos eléctricos, algunos doctores le conectaron varios cables al cuerpo, todos ellos llegaban a una pantalla que mostraba imágenes que no logré entender.

-Jasper, todo está igual, no ha empeorado ni mejorado

-Oh bueno... me lo esperaba, ¿ Ya me puedo ir?

-No, espera que llegue el médico de turno para que te entregue el informe.

El chico se sentó en una de las sillas cercanas a la máquina, su mirada transmitía tristeza, y algo de pérdida, parece que aún no se percataba de mi presencia...















Nota de la autora:

Los capítulos van a tener este largo, pueden variar si estoy de buenas, quizás pueda agregarles un poco más, depende de ustedes,  espero que hayan podido seguir la historia, gracias por el apoyo! -u-


♧MI DOBLE PERSONALIDAD♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora