NICONico estaba harto de sueños extraños, pero estaba agradecido por este en particular. Apareció en 1942, dentro de una habitación de aspecto elegante, equipada con muebles antiguos y retratos en blanco y negro. Una mujer estaba frente a él. Era hermosa, tenía largo cabello oscuro y unos ojos marrones muy familiares. Vestía un largo vestido negro de la época acompañado por un elegante sombrero, por lo que parecía una actriz de cine antiguo. Su sonrisa afable le hacía sentir en casa...
María di Angelo, imposible.
Sólo había una explicación lógica para esto: estaba muerto.
—No estás muerto, querido —le dijo ella con una voz tan agradable que Nico se sintió como un niño desesperado. Sus ojos se llenaron de lágrimas involuntarias.
—¿Mamá? —preguntó con voz temblorosa.
María se adelantó para abrazar a su hijo y Nico corrió hacia ella. Debía aceptarlo, lloró en sus brazos. ¿El Rey de los Fantasmas llorando? Pues bueno, todos tienen sus momentos de debilidad. Su madre estaba allí, rodeándolo con sus brazos, deslizando los dedos por su cabello.
—Aquí estoy, hijo mío.
—Mamá... ¿pero cómo? ¿No estoy muerto?
—No. Estás soñando, un sueño de los buenos —le respondió ella con una sonrisa que llenaba de calidez su corazón.
—Pero entonces, ¿esto es sólo imaginación mía? —preguntó Nico algo decepcionado.
—No. Le pedí a tu padre que me dejara verte, quise hacerlo desde hace mucho. Quería que supieras que no te he dejado solo. La ley del inframundo no me dejaba verte, es cierto, pero yo siempre he buscado formas de acercarme a ti. Te he observado todo este tiempo.
Nico intentó recordar. Recordaba voces en su cabeza, ocasiones en las que sentía ayuda cuando más la necesitaba. Pero eso era imposible.
—¿Cómo? —se cuestionó, confundido—. Los espíritus de los muertos no pueden hacer cosas así, sólo los dioses.
María le guiñó el ojo.
—Tengo mis beneficios, amore mio. Estoy muy orgullosa de ti.
Nico la apretó con más fuerza, aferrándose a su recuerdo, mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas como finas cascadas. Su madre estaba con él. La podía ver, sentía su calor y su perfume. Todo era tan real... Nico no quería volver a perderla, ni siquiera quería deshacer el abrazo.
—Mamma, quiero quedarme contigo. Per favore.
María rio con suavidad.
—No, querido. Aún no es hora, pero te prometo que cuando el momento llegue, me volverás a ver y no nos volveremos a separar jamás.
—Pero... mi padre... ¿Has estado en contacto con él todo este tiempo? ¿Qué pasó con Bianca? ¿Por qué renació? ¿No tuvo la oportunidad de encontrarse contigo? —Nico intentó despejar todas las dudas que se asomaban en su cabeza.
—Son muchas preguntas, pero cada una tiene su explicación... en su debido momento —María hizo una pausa—. Ahora sólo te puedo confirmar que sí he estado en contacto lejano con tu padre. Después de mi muerte, se llenó de rencor y no volvió a ser el mismo. Me tiene en un lugar especial en los Elisios.
Deshizo el abrazo y lo sujetó de los hombros mirándolo a los ojos.
—Jamás te olvidé, cada minuto pensaba en ti y en tu hermana. Cuando ella murió... la encontré en los Elíseos y después ella...
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La ira de la tierra [HoO Alternative #1]
FanfictionAl salir de la Casa de Hades, los nueve semidioses presentes deben dividirse en dos grupos y tomar caminos separados. Nico, Reyna y el Entrenador Hedge acceden a transportar la Atenea Parthenos hasta el Campamento Mestizo y deberán pasar por muchas...