19. Perdiendo el control

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PIPER

Piper no lo podía evitar, se sentía irremediablemente celosa de Reyna. Desde que la conoció y se enteró de su estrecha y duradera relación con Jason había trabajado el superar sus celos, pero tenerla cerca y ver lo bien que se llevaban... no lo podía soportar. No podía evitar verlo como una demostración de lo que a ella le faltaba y lo que no podría tener con su novio: una historia sólida y un punto de partida natural.

La gota que derramó el vaso fue el momento que presenció cómo Jason la sostenía en sus brazos y ella sujetaba su cuello, con escasos centímetros separando sus rostros.

Debía aceptarlo. Se enfadó, y mucho. O tal vez simplemente no podía soportar la idea, la mera posibilidad, de perderlo.

Corrió hacia su recámara, y la cerró con seguro. Sus ojos estaban anegados en lágrimas. Podía hacer como cualquier chica normal, acostarse en su cama y llorar hasta quedarse dormida. De hecho, ese era el plan. Pero luego se dio cuenta de que era estúpido.

Se tragó sus lágrimas y trató de tranquilizarse. Momentos después, Jason empezó a golpear la puerta.

—¡Piper! ¡Déjame entrar, por favor! Tenemos que hablar, todo tiene una explicación.

Ella sabía que decía la verdad. Debía tener una buena razón para haber abrazado a Reyna, pero por algún motivo eso sólo la hizo enfurecer más.

—¡No quiero escucharte! ¡Vete!

Tras decir eso, sintió un profundo remordimiento. Tuvo ganas de disculparse, abrir la puerta y abrazar a su novio. Pero no lo hizo.

Por un momento hubo silencio. Piper temía que Jason se haya enojado y se haya ido, pero después de un par de minutos volvió a escuchar su voz.

—Piper, si no me quieres abrir igual voy a hablar. —Su tono era tranquilo, suave—. Lo que pasó afuera no fue nada. Reyna simplemente resbaló y yo la ayudé.

Piper tenía ganas de gritar: Sí, claro, la hija de la diosa de la guerra, con sus reflejos impecables se resbala «por accidente» justo cuando el chico que le gustaba estaba cerca para agarrarla.

—Reyna tiene novio ahora —prosiguió Jason como si leyera sus pensamientos—. Y ella lo ama. Por fin ha encontrado a alguien que la ame tanto como ella lo hace y estoy feliz por ella. Es mi amiga, la conozco hace mucho y la quiero... pero sólo como eso, una amiga. En cambio a ti te amo, Pipes. Como pareja. Sabes que hay una diferencia grande entre querer y amar, y también entre una relación de amistad y una de noviazgo.

Piper se resistió a hablar, algo le impedía moverse. Escuchó un suspiro al otro lado de la puerta.

«Tiene razón y lo sabes» decía una voz interior. Su propia voz.

—Si no quieres hablar, está bien. Solo... no debes enojarte por estas cosas. No hay razón. ¿Y si hubiera sido Annabeth, habrías reaccionado de la misma manera? ¿Por qué te comportas así con Reyna?

Ella había comenzado a ceder, pero aquello la hizo enfadar nuevamente. ¿Ahora le estaba recriminando? ¿Pero quién se creía?

«Tu estupendo novio» dijo la voz en su cabeza. Decidió ignorarla.

Aunque algo andaba mal, en el fondo sabía que Jason tenía razón. Se estaba molestando por una tontería. Piper sabía lo que Jason sentía por ella, se lo había demostrado cientos de veces. Pero algo le impedía pensar con claridad. Se sentía enojada, frustrada y traicionada, aunque no tuviera motivos justificables, y todos esos sentimientos explotaban contra Jason y Reyna.

Algo le decía que no debía permitir que se acerquen el uno al otro, que debía hacer hasta lo imposible por mantenerlos a raya. Era como si estuvieran controlando sus pensamientos a través de sus propios sentimientos, pero exacerbados, y ella no pudiera hacer nada al respecto.

La ira de la tierra  [HoO Alternative #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora