18. Malentendidos

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HAZEL

Hazel no podía creer lo mucho que su hermano había cambiado. Que saliera con Reyna era una excelente noticia. Estaba orgullosa y emocionada, ya que ahora que lo pensaba bien, todos tenían pareja o un amor por el cual luchar. Excepto Thalia, pero ella era una cazadora y sus votos de castidad dejaban claro que no le interesaban los líos amorosos.

Percy estaba con Annabeth, Jason con Piper, Hazel con Frank y Leo tenía planes para rescatar a Calipso. Sí, el hijo de Hefesto se lo había confesado hacía poco y Hazel prometió ayudarlo. Solo quedaban Nico y Reyna, quienes por coincidencia fueron a una misión juntos y ahora eran pareja. No pudo ser más perfecto. Por primera vez en su vida, Hazel quiso rezarle a Afrodita para agradecerle y rendirle una ofrenda.

Después de que Leo y Nico salieran del comedor, Reyna se veía incomoda, así que Hazel decidió hacerle conversación. Resistió a duras penas el impulso de decirle cuñada... o ¿cómo era que decían hoy en día? ¿Cuñis?

Annabeth terminó de comer enseguida, se levantó y se marchó sin mediar palabra. Reyna parecía preocupada por eso. Sin embargo, se rindió ante la charla entusiasmada de Hazel y las ocasionales intervenciones de los demás chicos hasta que todos terminaron su desayuno.

—Muchas gracias. La comida estuvo buena —expresó Reyna con cortesía mientras se limpiaba la boca con una servilleta de papel.

—No podría estar más de acuerdo —convino Thalia, quien en contraste, se sobaba el estómago con una mano en señal de satisfacción—. Comí hasta reventar.

Jason les brindó una sonrisa radiante a ambas.

—Cuando quieran.

Piper le lanzó una mirada fugaz de... ¿celos? Aunque se recompuso de inmediato.

«Vamos, Pipes» pensó Hazel. «No te pongas así ahora.»

—Siéntanse como en casa —dijo Percy antes de dirigirse a ella—. Hazel, ¿podrías llevarlas a sus alcobas? Nosotros iremos a entrenar.

—Creí que solo habían ocho alcobas. —Reyna frunció el ceño.

—Leo ya se encargó de ese pequeño inconveniente —explicó Frank—. La construcción de las dos alcobas que faltaban no fue tan difícil después de todo.

—Además, están ordenadas y limpias. Incluso la que era del entrenador —añadió Jason.

—¡Uhm! Gracias. —Thalia sonrió de lado.

Hazel se levantó de la mesa sin retirar las manos de su superficie y dirigió sus ojos a las nuevas tripulantes.

—¿Nos vamos?

Reyna y Thalia asintieron y siguieron a Hazel hacia el pasillo.

—¿Piper, no vienes? —preguntó la hija de Plutón antes de salir.

—No, iré a ver como entrenan los chicos.

Los chicos junto con Piper fueron a la cubierta. Hazel condujo a las chicas por un pasillo hacia las alcobas.

—Leo ha instalado dispositivos mágicos en las habitaciones. Pueden elegir el color de pared que quieran y también tienen baúles con propiedades parecidas a su cinturón de herramientas. Pueden sacar cualquier cosa que esté a su alcance —explicó Hazel emocionada.

—¡Suena genial! —exclamó Thalia.

—¿Qué tan cercanas son las habitaciones? —preguntó Reyna.

—Tranquila, yo misma me encargaré de que la tuya y la de Nico queden contiguas. —Hazel le guiñó el ojo.

Thalia reviró los ojos haciendo una mueca de disgusto. Reyna se sonrojó.

La ira de la tierra  [HoO Alternative #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora