15. El Rey del Inframundo visita el campamento

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NICO

Nico caminó hasta su cabaña. Hace algún tiempo que no la visitaba y se veía abandonada. A pocos metros de ella, algo lo detuvo en seco. Sintió una extraña presencia dentro, una aura de muerte muy poderosa.

Su padre.

La furia creció en su interior. Giró sobre sus talones y se dispuso a irse, pero una mano fría se posó en su hombro. Resistió el impulso de pegarle un puñetazo en la cara al ingrato dios del Inframundo.

—¿Qué quieres? —cuestionó con frialdad.

—Nico, he venido a pedirte algo importante.

Nico sacudió su hombro violentamente y se volvió para fulminar con la mirada a su padre.

—¿A eso vienes? ¿A pedirme cosas?

—Nico...

—No quiero escucharte. —Apretó puños—. Ya déjame en paz.

Hades lo miró con los ojos entrecerrados.

—Ni siquiera sabes lo que voy a decir.

—No me interesa saberlo.

El dios del Inframundo parecía estar perdiendo la paciencia, lo cual irritó más a Nico.

—Sólo escúchame primero...

—No. —Nico se dio la vuelta—. ¿Acaso no lo entiendes? No quiero verte, no quiero escucharte, no quiero saber nada sobre ti.

—¡Nico! —Su padre lo tomó por los hombros y afianzó su agarre—. ¡Me escucharás quieras o no!

Nico intentó soltarse pero sus manos eran como el acero, además el poder de Hades sobre las criaturas del inframundo no le permitía mover un sólo músculo.

—Me importas ¿sí? —dijo el dios, frustrado—. Eres mi hijo, y me importas mucho. Aunque no lo sepa demostrar, aunque no lo creas. Tú eres lo único que me queda... tu madre y tu hermana ya no están. —Desvió la mirada—. Si no he aceptado ayudar en la batalla aún, es porque tengo problemas en el Inframundo, pero sí me preocupa tu bienestar.

—¿Y recién ahora me lo dices? —A Nico le ardía la garganta y su voz amenazaba con quebrarse—. ¿Tantos años a tu servicio y recién me dices que te importo? ¿Cómo esperas que te crea?

—No puedo cuidarte todo el tiempo. Los dioses no deben relacionarse ni encariñarse mucho con sus hijos, no podemos cambiar sus destinos.

—¿Y cuál es mi destino? —El tono de Nico bajó de forma considerable, hasta ser casi un susurro—. ¿Tan malo es que te alejas de mí?

—Tu destino es grande, hijo; pero es algo que debes descubrir por ti mismo.

—No quiero un destino grande, ni involucrarme en ninguna profecía. No deseo ser un héroe, sólo quiero vivir tranquilo. —La voz se le quebró en las últimas palabras.

Su padre se adelantó y le dio un torpe abrazo. Nico jamás lo hubiera esperado. Por alguna razón no lo apartó, al contrario, se lo devolvió.

—Perdóname, ¿sí? Sé que no he sido un buen padre, que has sufrido mucho y yo no he hecho nada para evitarlo. Pero para mí es difícil, nunca había tenido un hijo como tú. —El dios apretó su frente contra el hombro de su hijo—. Mis hijos siempre fueron conocidos por ser poco fiables, egocéntricos y arrogantes. Sus impulsos los llevaban a cometer catástrofes y maldades. Ningún hijo mío ha sido conocido como un héroe. Solo solía importarme que fueran poderosos y talentosos. Pero tú eres diferente, eres el único lado bueno que tiene el señor del Inframundo, al igual que lo era tu hermana. —Sonrió con tristeza—. Todo se lo debo a su madre, era una mujer maravillosa.

La ira de la tierra  [HoO Alternative #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora