Sálvame de mí mismo

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La oscuridad bañó mis ojos, no veía absolutamente nada. Mi cuerpo estaba completamente inmóvil por dos largas cosas, no podía identificar que era y delante de mi había un cuerpo pegándose al mío con violencia como si estuviera evitando que yo forcejeara, sin embargo lo hice más. Estaba luchando por vivir, estaba asustado de morir, en el pasado me hubiera rendido pero ahora no... Ahora tengo un camino, tengo un futuro y voy a luchar para verlo.

Luché, luché con mis pocas fuerzas contra aquel ser que deseaba aquietar mi cuerpo y entre más fuerzas yo perdía la cosa también las perdía. Cuando ya no podía más grité, grité con todas mis fuerzas el nombre de Kaled, pues no sabía a quién más recurrir, lo nombraba a gritos y su respuesta fue inmediata, lo escuché gritar "niño, niño" y la reacción de la cosa fue apretarme más. Yo volví a gritar el nombre de mi amigo y entonces mi vista se había aclarado pero aún tenía algo encima y ahora que podía ver bajé la mirada para saber qué era la cosa que tenía encima y no era nadie más que Kaled tratando de recuperar el aliento.

- Kaled... ¿Que ocurrió? ¿Donde está la cosa?- Pregunté asustado viendo a los lados por si volvía a aparecer esa cosa.

- ¿Cuál cosa? No hay ninguna cosa aquí, lo qué pasó es que tuviste una pesadilla. Nada más.

Luego de decir eso Kaled se pudo levantar y se sentó a mi lado sin quitarme la mirada de encima. Él estaba preocupado.

- Entonces... no hay nadie aparte de nosotros ¿verdad Kaled?

- No, nadie ha venido a hacerte daño. Yo te protegeré por el momento, incluso de ti mismo.

Kaled pasó su pulgar sobre mi mejilla y cuando la retiró noté que en la yema de su dedo había sangre y era la mía.

- Antes que preguntes, voy a decirte que mientras estabas soñando comenzaste a moverte violentamente e incluso llegaste a herirte con tus uñas.

- Kaled... ¿en qué momento me quedé dormido?

- Yo que sé, no soy adivino.

Bajé la mirada hacia mis propias manos que me hirieron sin darme cuenta... Yo mismo me había provocado que mi sangre se derramara aunque sea una simple gota... ¿Será que mi propio cuerpo desea exterminarse por tener en cuenta el monstruo que soy? ¿Es eso?... ¿Ni yo mismo puedo darme la oportunidad de vivir? ¿Mi única salida es desaparecer?

- Pero lo que sí sé es que pasará seguido, y no quiero que pienses tonterías. Esto ocurre por... culpa de todo lo que has tenido que pasar. Ahora ven aquí.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de Kaled y luego mi atención fue dirigida a sus movimientos: sus brazos estaban extendidos y su mirada estaba centrada en mí, era una mirada determinada y confiada. Pero no sabía lo que quería decir con esa extraña pose, y él notó que yo no entendí qué era lo que quería de mí así que se acercó con los brazos extendidos y luego me atrapó en ellos justo como hace unos minutos pero esta vez sin usar tanta presión... Ese simple gesto me provocó un nudo en mi garganta y mi vista se tornó vidriosa. No entendí lo que ocurría conmigo, pero no pensé en eso, todos mis pensamientos se desaparecieron cuando mi garganta comenzó a arder levemente. Yo... yo estaba gritando como en el principio, pero esta vez no me invadía el miedo.

Bastardo Sin ReflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora