Archivo Encriptado || Bucky Barnes ||

Capítulo 16: Una historia en Central Park

Bucky se vistió y fue primera vez que lo veía con ropa normal, sabía que era una noche fría por lo que le dio la ropa más abrigada que encontró. La chaqueta lo cubría bien pero faltaba algo para que pareciera normal.

– Creo que es mejor que te pongas guantes.

James se rio y tomó los guantes y los puso en sus manos, Carolina estaba vestida con un abrigo. Ella se le quedó mirando y fue a buscar algo más, con ella trajo una gorra y se la puso.

– Bueno, ahora si pareces un chico normal, nadie pensaría que tienes un brazo de metal.

– O un asesino –Dijo el mayor.

– O un asesino con brazo metálico, eso es algo nuevo.

James esta vez se rio, la chica lo miro con una sonrisa y no pudo evitarlo, se sentía extraño al vestir así y salir de ese lugar, realmente tenía miedo de salir y poder hacer algún daño, pero también creía que debía enfrentarse a eso. Carolina le indicó la salida y notó que estaban en un lugar subterráneo que estaba oculto por una granja.

– ¿A donde iremos?

–Por lo pronto iremos caminando hasta poder encontrar la carretera principal, ahí tomaremos un taxi para ir a Central Park.

La chica lo guió por el camino y se dio cuenta que donde estaban se lograba ver las luces de la ciudad y quedó maravillado, nunca pensó que tantas luces podrían verse tan bien, Carolina tomó su brazo y lo guió, caminaron por largos minutos hasta que por fin consiguieron la carretera que los llevaría a su destino. Mientras iban en el taxi, podía ver todo. Era tan diferente a todo lo que conocía, había visto cosas como el soldado, pero verlas desde su punto de vista eran increíble, parecía un mundo distinto al que había vivido.

Al llegar a Central Park, Carolina comenzó a recorrer el parque, aún habían muchas personas en el lugar, veía familias comprando algo para comer o parejas recorriendo el lugar. Fue en ese momento donde el miedo comenzó a entrar en el, era un error estar en ese lugar, había gente inocente que podría dañar.

Carolina notó la expresión que puso y rápidamente lo trajo a la realidad.

– No eres otra persona James, ahora eres tú y tienes el control, no vas a dañarlos.

– No lo sabes, no sabes cuando las cosas se pueden salir de control por más que quiera, él está dentro de mi cabeza, ellos hicieron mucho en mi como para salir de paseo.

– James, no pasará nada y si llega a pasar tengo algo que nos ayudará, pero confío en ti.

– ¿Realmente tienes algo?

– Si, se que puede pasar en cualquier momento y no soy tonta.

– Me da miedo hacer daño, no sabes que se siente no tener el control de lo qué haces.

– Si lo se.

James se quedó mirando, ella tenía la mirada perdida. En su mente no entraba que esa chica pudiera ocasionar daño sin desearlo, parecía realmente frágil, era solo una joven que no podía hacer daño alguno.

– También tengo una historia con HYDRA.

– ¿Que?

– Ven, te compraré un helado para que la historia sea más entretenida.

Ella lo dijo con una sonrisa pero podía notar que era fingida, se dejó dirigir por ella hasta donde vendían los helados, para ser sincero, no tenía interés en lo que iban a comer, quería saber que habían hecho con ella para ver qué realmente supiera que se sentía ser como el. Él odiaba ese sentimiento, sentirse vacío y sin lugar alguno, habían arrebatado su vida y lo manejaron a su antojo. El había ido a una guerra y podría creerse que podía estar un poco más preparado para algo así, pero Carolina era una chica joven que no debía pasar eso porque si, por unos cretinos buscando beneficios propios en el sufrimiento ajeno. No aceptaba que ella corriera con ese dolor.