Creepylove 2. <<Una nueva vida lejos de casa>>

Capítulo 2.

No volví a la casa de los gemelos hasta dos semanas después, para ponerme al corriente: Christina estaba trabajando en una cafetería cerca de la casa y Jake bueno él aún no conseguía empleo y seguía teniendo los ataques en la noche. Como, por ejemplo, hoy. El chico se removía en la cama haciéndola rechinar bajo sus violentos movimientos, el sudor caía por su rostro e inundaba su torso desnudo, con sus hermosos ojos azules cerrados fuertemente, y sus manos en un puño apretando las sabanas. Sus ojos, ahora negros, se abrieron, soltó un gruñido y se arqueó. Con su respiración agitada se sentó a la orilla se la cama con su cabeza entre sus manos, el cabello castaño se le pegaba a la frente con el sudor. Cuando su respiración fue normal se levantó y salió de la habitación para salir después de la casa. Yo salí tras él acompañándolo. Lo saludé, pero no respondió como todos, siempre deciden ignorarme y hacer que no existo hasta que me conocen. Jake comenzó a correr en dirección al bosque, que bien. Una visita a los tórtolos que hace años uní, hace mucho que no los visitaba. Llegó a la podrida cabaña justo cuando la luna llegaba a su mayor punto. Entró sin tocar la puerta. Creó que me iré y dejaré que arregle sus asuntos solo.

Pov's Jake.

-Hey, Jake- me saludó el tío Eyeless. Se acercó a mi y me abrazo golpeando mi espalda desnuda.

-Hola, Jack- le devolví el saludo  cuando se separó de mi- ¿Has visto a mi padre?

-Uhm sí, pero no creo que este en posición de recibirte, creeme es asqueroso.

-Oh vamos, tío, he visto cosas horribles, eso no a de ser nada.

-Hijo de un pervertido y sale así de inocente. Están pues teniendo...sexo.

-Eugh, bien. ¿Me puedo quedar aquí esta noche?

-Claro, hijo, no tienes que preguntar. Bueno nos vemos tengo asuntos parentales que resolver. Adiós- me sonrió antes de irse.

-Sí, suerte- caminé hasta la sala donde la hija de Ticci estaba sentada platicando con la hija de Ben.

-Hola, chicas- metí las manos a los bolsillos de mi pijama de rayas. Las dos voltearon y sus pálidas mejillas se sonrojaron. Ellas tartamudearon un hola sin dejar de ver mi torso. Y es que, les paso que se me queden mirando por que soy hermoso.

-¿Me puedo sentar?- pregunté.

-S- sí- me acerqué a ellas y me senté en el espacio que había entre ellas. Era un silencio incómodo, que yo decidí romper.

-Y ¿ cómo han estado?

-Bien- respondieron al unísono. Los cabellos de mi cuerpo se erizaron de frío, pues claro, que idiota soy. No traía puesta la camisa del pijama. Esa noche dormí en la sala, no hablé con mi papá hasta el día siguiente, necesitaba quedarme allí o matar a alguien para saciar mi sed. Eso, lamemtablemente, heredé de mi papá.

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Hola, niggas! Los extrañe! jaja.

¿ Qué les parece la segunda temporada?

Voten.

Comenten.

Andrea.