Tantas noches he soñado el poder tener tus labios...
Aún sigo esperando ese día tan anhelado...
Puede ser que aquel día nunca llegue y si es así a menos podré tenerte cuando acabe el día...
La luna iluminaba tenuemente la oscura habitación.
El único sonido en la habitación era su respiración agitada.
Las gotas de sudor se unían con las lágrimas y caían formando un pequeño charco en su clavícula.
La sábana caía lentamente en una esquina de la cama por los bruscos movimientos.
Las pesadillas corrían y jugaban con su mente. Le robaban la vida consumiéndola poco a poco.
Despertó exaltada. Su ojo derecho ardía por la gota de sudor que se había colado dentro.
Sentía cada latido y la sangre correr por sus venas fuertemente.
Miró los números verdes que parpadeaban en el reloj. 12:00. El reloj se había desconectado, más no tomó importancia y volvió su vista al techo.
Recorrió con la mirada las grietas del viejo techo blanco. Se dio cuenta que, al igual que su alma, se derrumbaría.
Suspiró y se levantó.
Había vuelto a soñar con él, con sus manos tocándola, con su respiración en su oreja, con sus pequeñas manos tocando su fuerte espalda.
Se estremeció. No quería enamorarse de él. Había cometido un error al haberse acostado con él días antes de que su hermana fuera terriblemente asesinada.
Maldijo mientras limpiaba las lagrimas de su mejilla.
Se puso de pie y caminó al baño. Sentía el cuerpo pesado y la cabeza a punto de explotar.
Se desnudó poco a poco y se metió a bañar.
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Horas después bajó corriendo con un maletín mal cerrado, tacones y una taza de café.
Los últimos días había llegado media hora antes al trabajo por que no quería toparse con Jake, pero este día se había levantado tarde y para su mala suerte lo encontró recargado en la recepción platicando con el nuevo gerente.
Trato de pasar desapercibida pero el gemelo la notó inmediatamente.
Se despidió del gerente y, con una sonrisa, se acercó a ella.
-Hola- susurró muy cerca de ella.
-Hola.- tartamudeó un poco al hablar.
-¿A dónde vas, preciosa?
-Al trabajo.
Trato de ignorarlo y caminar, pero él tomó su brazo.
-Te llevo.
-No, no es necesario que lo hagas- no lo miró, su vista estaba fija a la puerta.
-No es una pregunta, bebe. Vamos.
-No, Jake, enserio- suspiró-. Aparte, tienes que llevar a tu hermana al trabajo.
Pensó haberse librado de la situación. Pero el chico siguió insistiendo.
-Un compañero suyo viene por ella.
No dijo nada.
-Vamos, cariño.
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En el camino, él trató de hacer hablar a la chica más ella nunca cedió. Se limitaba a mirarlo.
Se había dejado la barba y tenía facha de no haber dormido en días, pero aún así se veía sexy.
De pronto, él sonrió y se volvió a verla. Ella se sonrojó pero no volvió la mirada.
Su risa llenó el silencio. Tenía una risa varonil y gruesa.
Después de unos minutos, el pequeño auto rojo se detuvo frente a un inmenso edificio de oficinas.
Ella, sin pensarlo, se bajó de inmediato. No se despidió. Ni dio vuelta atrás para ver que había llevado consigo todo.
El maletín mal cerrado quedó bajó el asiento, ni Jake ni el
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Creepylove 2. <<Una nueva vida lejos de casa>>
Fiksi Penggemar¿Pueden creer cuán rápido pasa el tiempo? Aún los recuerdo correr por el bosque, antes de que diera por terminado con sus padres. Hoy a los 16 años los gemelos Jake y Christina deciden dejar la cabaña donde pasaron su infancia para mudarse a la ciud...