Capítulo 10.

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Cuando Chris entró, Alissa estaba en los brazos de su hermano.

—Buenas noches— murmuró tratando de no carcajear. Alissa se sobresaltó y se soltó rápidamente del pecho desnudo de Jake. Chris mantenía una sonrisa burlona en sus labios.

—Christina, lo siento— tartamudeó la chica, su rostro de veía cansado y demacrado, las líneas alrededor de la boca de veían más profundas. Las lágrimas aun salían de sus ojos. Cuando Chris las vio su semblante cambió a uno de suma preocupación.

—¿Qué ha pasado?— dejó caer la bolsa al suelo y cerró la puerta de una patada, para después acercarse al sillón. Se sentó a un lado de  la chica. Alissa sorbió los mocos antes de hablar con voz ronca.

—Mi......— no pudo terminar la frase  por que las palabras quedaron ahogadas en su garganta.

—Su hermana murió — a completo Jake sin mirar a su hermana.

—Oh, lo siento mucho, Alissa— murmuró antes de dirigirse a su hermano—. Jake, ve a ponerte algo de ropa, yo la cuido.

Jake asintió antes de pararse y salir a su habitación. Cuando cerró la puerta se recostó contra ella.

Pov'sJake

Maldita sea, no puedo creer que esto me éste pasando a mi . Sabía que el karma era cabrona, pero no tanto. 
Me puse una camisa y me obligué a mantener la calma y salir. 

Cuando salir, Alissa ya se encontraba más tranquila y se estaba tomando el té que le había preparado. Le estaba explicando a Chris como es que habían encontrado a su hermana, así que me escondí detrás de el muro. 

—En la mañana no bajo a desayunar y mis papás se preocuparon: ella nunca se perdía un desayuno. Así que subieron a investigar y la...— se detuvó un momento para tomar valor y poder decir las palabras que se le atoraban y quemaban en la garganta—..... encontraron tirada en su cama llena de sangre, destripada. Fue algo horrible, Christina, horrible. Odio a la persona que hizo eso.

Poco tiempo después, Alissa tuvo que irse a consolar a sus padres. Me senté a un lado de Chris quien me miraba divertida.

—Uy, Jake. Primero te la follas y después matas a su hermana, la ciudad te está cambiando.

—No me está cambiando. Además, cómo iba a saber yo que esa niñita era su puta hermana.

—No sé, le hubieras preguntado— se encogió de hombros y después me cambió de tema—¿No tienes hambre? Por que yo sí, llamaré a la Pizza— dijo antes de levantarse e ir a la cocina.Había metido la pata, y muy metida.

La puerta sonó a los 25 minutos, Chris abrió mientras yo veía televisión, a veces me daban ganas de buscar un empleo, pienso que me vendría bien ser carnicero. De reojo ví que el chico de la pizza estaba coqueteando con mi hermana así que me levanté y me acerqué por detrás.

—Ya te puedes ir, gracias— le dije, tomé la caja y le cerré la puerta en la cara, nadie coquetea con mi hermana. Me volteé y me volví a sentar en el sillón. Abrí la caja y olfateé una de las rebanadas, deliciosa. A los pocos minutos Christina llegó parándose frente al televisor.

—Quítate, gorda— le dije con un trozo de pizza dentro de mi boca.

—Eres un grocero— exclamó, enojada.

—No fui grosero, trataba de protegerte para que no terminaras en la cama de ese raro— le expliqué—. Ahora quítate, que no dejas ver.

Ella no emtió palabra pero se movió, se sentó a mi lado. Tomó una pizza y se pusó a comer. Esta noche iría a la cabaña a visitar a los chicos, sinceramente, los extraño. Extraño el silencio, el río y su tranquilidad. Las mujeres locas que hay allí, extraño jugar con el hijo de Ben o con Sally, amaba a esa niña. Daría lo que fuera por mis tres mujeres favoritas: mi mamá, Christina y Sally.

En la noche cuando Christina dormía, tomé una bolsa y heché mis cuchillos y ropa limpia, no pensaba quedarme mucho tiempo. Me escabullí por la ventana y corrí colina abajo hasta llegar al bosque, la cabaña no estaba tan lejos de nuestro apartamento por lo que me tomó poco tiempo llegar. Los focos estaban prendidos y se oían voces dentro. Los niños jugaban en la oscuridad de la noche. Decidí no entrar, no aún, mejor pasaría un momento a solas en el río donde mi padre me enseñó todo lo que ahora sé. Me recosté en la roca grande donde mi papá solía sentarse a contarnos historias. La luna se reflejaba en la cristalina agua. Cerré los ojos y suspiré. Algo frío y mojado me tocó el hombro, no me moví. Abrí los ojos y una bella mujer estaba frente a mi. Su cabello era extrañamente azul y brillaba, tenía una sonrisa de dientes brillantes y afilados, sus párpados eran azules y sus ojos de un hipnotizan te morado.

—Hola— cantó con una melodiosa voz que endulzó mis sentidos. Comencé a marearme y después todo se volvió negro.

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 Hola, mis queridos niños y niñas rata XD 

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Creepylove 2. <<Una nueva vida lejos de casa>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora