Él seguía allí, de pié, observándonos. Quería gritar, correr y llorar. Pero me quedé allí, estático. Mi padre se echó a correr para atraparlo, pero él desapareció detrás de una nube negra. Apareció a mis espaldas. Su maléfica voz me sobresaltó:
-Wow- murmuró con sarcasmo-, sigues siendo igual de lento.
Mi padre gruñó y se volteó rápidamente. ¿En qué momento terminé metido en esto? Me sentía mareado y con ganas de vomitar.
-Nunca- respondió mi padre al insulto sarcástico de Zalgo. Una ráfaga de luz paso frente a mis ojos y después oscuridad. La misma oscuridad de la que no puedo salir en mis sueños. La que me atormenta día y noche. Mis parpados pesaban. Mi garganta estaba seca y mi boca tenía un agradable sabor metálico. No sentía mis brazos ni mis piernas. Estaba comenzando a desesperarme. ¿Estaré muerto? No, no creo. Si estuviera muerto, no podría pensar. Pero, no podía morir, era tan malditamente hermoso como para morir. Algo caliente y mojado caía por mis mejillas, ¿estaba llorando?
-Jake.
¿Dios? ¿Eres tú, tía? ¿Tía? Oh, por favor que no sea ella. Aun que debo admitir que sus hijas no están nada mal, podría andar con una de ellas si no fueran mis primas.
-Jake, despierta.
Puta Madre, sí era mi tía. Una gota cayó en mi ojo y desperté. Esta no era mi casa. ¿Pero cómo? La robusta figura de mi tía tapaba mi visión. Su vestido rosa chillón me encandiló. Cerré los ojos y me incorporé. Me dolía la cabeza y los ojos me ardían.
-¿Dónde estoy?- pregunté, mi voz era ronca. Tuve que carraspear por lo seco de mi garganta.
-Pues donde más, vago- explotó mi tía-. En mi casa.
-Me puedes dar un vaso de agua- pedí, me pasé una mano por el pelo.
-Zoe- gritó. A los pocos minutos una pequeña chica con trenzas en el cabello llegó corriendo. Uh, era bonita. Le sonreí coqueto. Ella me devolvió la sonrisa tímida.
-Hola- saludé.
-Tráele un vaso de agua al chico- ordenó la mujer. La chica asintió y salió corriendo de nuevo.
-Uh, ¿nueva empleada? Me gusta.
Terminé de incorporarme.
-Oh, no, Jake. No- me dijo cerrando los ojos y sacudiendo la cabeza-. Que ni se te ocurra
-¿Qué?- le dije riendo.
-No la tocarás, ¿entendido?
-Entendido.
Bien, ella nunca dijo que no podía coquetearle. Rodó los ojos rendida. La chica volvió luego con el vaso de agua en las manos. Mi tía se disculpó y salió diciendo que tenía demasiado trabajo. La pequeña chica se sentó frente a mí.
-¿Cómo estás?- le pregunté coqueto.
-Bien.
-Uy, tan bonita y tan fría.
-No soy fría.
Chasqueé la lengua con desaprobación.
-El primer error del ser humano, querida, es la negación.
No habló, solo me miró. Mierda, necesitaba verme en un espejo.
-¿Puedes decirme donde está el baño?
-Al fondo.
-Gracias- me paré y caminé hasta el fondo del pasillo pasando por varias puertas hasta que llegue a la última. Era un baño muy bonito, a comparación del de la cabaña. Me miré al espejo, no estaba tan mal. Tenía el cabello revuelto y una cortada en mi mejilla. De la herida aun salía sangre. Abrí el grifo y me mojé el rostro. Tenía que salir de allí ya.
ESTÁS LEYENDO
Creepylove 2. <<Una nueva vida lejos de casa>>
Fanfiction¿Pueden creer cuán rápido pasa el tiempo? Aún los recuerdo correr por el bosque, antes de que diera por terminado con sus padres. Hoy a los 16 años los gemelos Jake y Christina deciden dejar la cabaña donde pasaron su infancia para mudarse a la ciud...