Capítulo 19

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La Tormenta

Viernes 11:00 p.m.

Se que quizá estoy loco por aceptar ese desafío, pero no lo puedo evitar. Cuando ese chico nos a empezado a molestar, y luego ha dicho lo del reto, no me he podido controlar. ¿Qué si me arrepentiré de esto? Seguro, pero ahora la adrenalina que siento no se irá con una simple contestación. Necesito demostrarles de lo que estoy hecho. 

Al cabo de un rato, y después de millones de intentos de Axel para que lo deje estar, traen las botellas. Y no mentían con que eran de las grandes. Entre abucheos de la gente que cree que no lo podré conseguir, veo los ojos llorosos de Axel implorando que no lo haga, pero lo que estoy haciendo es por los dos, para que nos dejen en paz de una vez por todas. 

-Entonces... ¿Te animas? 

Miro a los ojos al chico que ha empezado todo esto. Veo un destello de maldad en su mirada, y no puedo comprender el porqué de todo esto. De todas las cosas que nos han hecho desde el inicio de los tiempos. 

Finalmente cojo la botella, y le doy un gran trago. Siento el sabor cálido, un dulce amargante que va bajando por mi garganta, acompañado de las risas de la gente. Alejo la botella de mí. 

- ¿Ya te has cansado pequeño?- Y más risas. 

Vuelvo a verlo a los ojos, y estoy dispuesto ha hacer esto. Otro trago, y otro, y otro, y otro... Ya he acabado la mitad de la primera botella, y empiezo a ver borroso. Aunque todavía puedo ver a la gente de mi alrededor. Doy un trago más, uno detrás de otro, y finalmente me termino la primera botella. Levanto la cabeza y observo las miradas asombradas de la gente, al ver la botella de vodka vacía, y yo me siento poderoso, teniendo en cuenta de que nunca he bebido en mi vida, y me he estrenado en la fiesta. 

Me dan la otra botella. Axel tira de la manga de mi jersey, suplicándome con la mirada que pare. Me duelen sus ojos. Esos ojos tan bellos que normalmente están brillantes por la alegría de cuando estamos juntos, ahora se ven opacados por la tristeza y la decepción de lo que estoy haciendo. Y me siento mal, pero se que si paro luego me arrepentiré toda la vida, y nos harán la vida aún más difícil. 

-Cariño, esto es por nosotros. 

Y doy un trago largo a la segunda botella. Y como la primera, trago tras trago el contenido va bajando, hasta que queda poco más que la mitad. Me tambaleo, y mi acompañante me tiene que agarrar para no caerme. Cada vez siento más el alcohol en mi sangre. Luego de recuperarme, doy los últimos tragos a la botella y pongo fin a la segunda tortura. Creo que estoy a punto de desmayarme. 

-Josh, por la última no hace falta que continúes bebiendo, ya has demostrado mucho. 

- Axel, no lo entiendes mi vida. Esto lo hago por los dos, para que dejen de molestarnos en todos lados, para tener una vida decente, para poder vivir. Lo hago por los dos, cariño. 

-Si ya habéis acabado con vuestras cursiladas, aquí está la tercera botella. 

La cojo entre mis manos, y empiezo a beber por tercera vez en pocos minutos. Un trago y comienzan a aparecer manchas negras en mi campo de visión. Otro trago  y me tambaleo un poco. Otro trago y acabo la botella. Por fin he acabado. 

-Resulta que la niñita no lo era tanto como creíamos. Podéis iros, dais pena, chicos. 

Después de decir esto, él y su séquito se fueron entre risas y abucheos, a parte de uno que otro insulto. Caí al suelo de rodillas, y fue entonces cuando sentí a Axel abrazándome, rodeándome fuerte con sus brazos. Lo necesitaba. 

-¿Cómo te sientes? 

-No lo sé, me encuentro mareado, tengo la vista nublada, y no siento la garganta. 

-Venga, vamos a una habitación. 

Axel me coge de la cintura y me levanta, no puedo sostener mi propio peso. Vamos hacia las escaleras de la casa, y vamos hacia las habitaciones. Cruzamos el laberinto de las mismas, hasta que finalmente nos encontramos una habitación vacía. Y sí, nos hemos encontrado a unos cuantos haciendo... Cosas. 

Axel me deja en la cama, pero al segundo me levanto y voy hacia el baño a vomitar todo el vodka de mi organismo. Axel me recoge el pelo para atrás, y cuando acabo de vomitar, me pasa una toalla mojada por la frente. Me siento como una mierda. 

-Josh... Voy a llamar a tu hermano. 

-¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?

-Lo necesitas, lo necesitamos. Es tu primera borrachera, y es mi primera vez cuidando a un borracho. No se que tengo que hacer y creo que el lo sabe de sobra. 

-No lo llames Axel. Y aunque lo hicieras, no va a venir. 

-Si tu hermano conserva un poco de la integridad moral, vendrá. Créeme. 

-Axel, no lo ha... 

Me levantó y vuelvo al baño a vomitar. Parece que todavía queda alguna reserva de alcohol en mi cuerpo. Axel se levanta a la par mía, y me acompaña al baño.  

Sábado 1:00 a.m.

No esperaba que Rayan se encontrara aquí. No se porqué a venido. En realidad no recuerdo nada de lo que ha pasado esta noche, ni me acuerdo que hago aquí, ni como hay un cuerpo inerte en el suelo. 

-¿Qué coño es esto? ¿Tu novio me ha llamado para que venga a por un muerto?

¿Qué?

-¿Qué? ¿Axel lo has llamado? 

-Tenía que hacerlo, tenía miedo, estabas borracho, y no sabía que hacer, yo... -No puede seguir hablando, ya que empieza a llorar. Voy a su lado y le abrazo haciendo que se sienta seguro. 

-Esto muy bonito y todo, pero... ¿Quién mierdas es el muerto? 

-No lo se, nos hemos despertado así, y ya. 

-Voy a ver. 

Ryan va hacia el muerto (o no) y primero le revisa el pulso poniendo sus dedos en el cuello. 

-Está vivo.- Dice y suelta un suspiro a la par mía. 

-Gíralo. 

Ryan lo coge, y lo gira. No me lo puedo creer. En qué problema estamos. 

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¡Volví! Espero que os guste el capítulo más largo que he hecho hasta ahora. 

Por favor, apoyad la historia votando y comentando, me ayudaríais mucho (a parte de animarme Xd) 
¡Hasta otro  capítulo!

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