Capítulo 22

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Hay alguien vivo

- No nos podemos quedar aquí. - Suelta de repente Ryan, secándose las lágrimas contra su camiseta. - Tenemos que irnos, no dejaré que nos pase nada, lo prometo. Tranquilos, venga levantaos. Primero voy a ver un poco a los alrededores, a ver si hay gente viva. Quedaos aquí. 

- Vamos contigo, no dejaré que te pase nada. - Le digo. 

- Vosotros os quedáis, no sabemos lo que puede haber en la casa. 

- Ryan eres mi hermano. No te dejaré solo. 

Ryan me mira, suplicándome que le haga caso, pero mi mirada es más fuerte, y al final desiste. - Está bien, acompañadme, pero que nadie se separe de mí. 

Cuando estamos a punto de partir para ver si queda algún superviviente de esta masacre, Axel habla. 

- Yo no voy. 

- Estás loco si crees que te voy a dejar aquí solo. Tu vienes con nosotros. 

- Josh, tranquilo, alguien se tiene que quedar para ver si hay alguien. Si siento que corro peligro voy a ir a buscaros. Josh, no me va a pasar nada. 

- Axel...

- Josh. - Me corta. - Iros de una vez. 

- Enseguida volvemos. - Le dice Ryan, y los dos emprendemos un camino a otro pasillo de la gran casa, para ver si hay alguien con vida, y giro la cabeza una última vez, para ver a Axel sonriéndome. 

Ryan me abraza por los hombros protectoramente, y nos adentramos a una habitación enorme. Parece que es un comedor grandioso, con una cocina llena de bebidas alcohólicas y más adolescentes muertos. Me aferro a mi hermano, y seguimos caminando.  A cada paso que damos, más y más personas aparecen. Las puedo reconocer del instituto, ya porque sean populares, que me molestaban, o las dos cosas. Siento que Ryan me pone detrás de su espalda con cariño, y abre una puerta de un gran armario con cuidado. No hay nada que nos ayude a descubrir el porqué estamos aquí, o el porqué todos los corazones de la fiesta dejaron de latir. Aunque si hay algo bueno de esto, es que Ryan se está comportando como el hermano que nunca tuve y que siempre soñé con tener. Ese hermano que te protegía de las tormentas, o te dejaba dormir con él cuando tenías pesadillas. Así que cojo aire, y me armo de valor para hacerle una pregunta que me carcomía por dentro, y que no me dejaba dormir. 

- ¿Por qué me odias? 

- ¿Qué? 

Vuelvo a coger aire. - Qué porqué me odias, Ryan. 

- Josh, yo no te odio. 

- Y entonces... ¿Por qué me tratas tan mal? Parece que siempre quieres ser superior a mí, dejar en claro a nuestros padres quién es el hijo perfecto, olvidándome e insultándome por cada fallo que tengo. 

Paramos de caminar. Ahora es mi hermano el que coge aire, y se prepara para mirarme. 

- Josh, yo... Yo no pretendía hacer todo eso. Yo... ¿Tú sabes lo que es ser siempre el segundo en todo? ¿Qué tus padres no te tengan en cuenta y que nunca hagas nada bien?

- No entiendo lo que me estás diciendo Ryan.

- Cuando éramos pequeños, antes de que tú te volvieras raro...

Lo miro mal.

- Está bien. - Dice entre risas que me acaba contagiando. - Cuando todavía no eras cómo eres hoy, eras el niño perfecto. Nuestros padres nunca me miraban, nunca me preguntaban que quería hacer, o simplemente como estaba. No obstante, tú siempre fuiste un buen hermano, eso no te lo puedo reprochar, pero vivir en las sombras no es fácil. Así que, cuando te volviste emo, empezaste a vestir diferente y a odiar el deporte, aproveché esa oportunidad para hacerme ver. Me volví el favorito, algo que me cegó, y empecé a complacer a nuestros padres siendo el hijo perfecto que tú ya no eras. Por lo tanto, te molestaba porque creía que lo merecías por quitarme todos esos años a mis padres, pero no veía que seguías siendo mi hermano, y que me necesitabas más que nunca. Yo solo quería que se sintieran orgullosos de mí, por una vez. Josh, lo siento mucho, se que siempre que te hacía algo una parte de mí se rompía, pero no le hacía caso porque era lo que nuestros padres querían. Yo te quiero, eres mi hermano y siempre lo serás.

En este momento yo ya estoy llorando, y no pudo evitar abrazarlo. Sus brazos me rodean y me da un beso en la cabeza, calmándome y dándome toda esa protección y seguridad que un hermano puede dar.

- Te prometo que a partir de ahora seré el hermano que nunca tuviste Joshy, seré el mejor hermano del mundo.

- Te quiero Ryan.

- Yo te quiero más Joshy. Tranquilo, estaremos bien, saldremos de esta y seré el hermano que te mereces, tranquilo mi vida, tranquilo.

Finalmente nos separamos y sonreímos. Por fin iba a tener un verdadero hermano.

Seguimos nuestro camino por la casa, hasta que oímos un ruido en la habitación de al lado.

- Ponte detrás de mí. - Dice Ryan, y no me lo pienso dos veces.

Avanzamos juntos hasta que llegamos a la puerta de la otra habitación, y Ryan abre la puerta lentamente.

- Joder, me duele la cabeza.

Escuchamos esa voz en la habitación, y al reconocerla Ryan abre la puerta de golpe y nos quedamos mirando a la persona fijamente.

- ¿Qué mierda? Por favor vosotros dos no, no quiero estar con dos imbéciles.

- ¡¿Cristopher?! - Decimos Ryan y yo a la vez.

- Si, el mismo, ahora decidme, ¿Qué hago aquí?

- Creíamos que estabas muerto. Hasta tenemos tu reloj lleno de sangre. - Se lo muestro, y lo coge con fuerza haciéndome trastabillar.

- Oye, tranquilo Cristopher, se que todos estamos nerviosos pero esto no es motivo para ser tan capullo. - Ahora dinos cómo llegaste aquí.

- Solo se que estaba disfrutando de la fiesta, entre en esta habitación pensando que era el baño, que después entró un chico con una máscara y me dio con un bate de béisbol en la cabeza. Me toqué la cabeza y me di cuenta que me sangraba y que me había manchado el reloj. Ahí el chico me lo arrebató y se fue corriendo. Al poco me desmayé y ¡Aquí estoy! Bueno, ¿Qué ha pasado con el resto de la fiesta?

- Están todos muertos. - Suelta Ryan. La cara de Cristopher empieza a palidecer, y traga saliva. - Hemos venido a investigar si había algún otro superviviente, pero creo que solo quedas tú, Josh, Axel, Cameron un chico desmayado arriba y yo. Pero por si acaso, ¿Nos podrías decir cómo era el enmascarado?

- No se, era delgado, pero con fuerza en los brazos. No muy alto. Cameron sé que no es, lo único que lo perdí de vista en la fiesta, pero parece que está bien arriba.

- Está bien. Entonces Josh, pégate a mí y vamos al salón. Cristopher, si quieres venir, síguenos, aunque no creo que quieras quedarte aquí con un posible asesino suelto.

Nos vamos de vuelta al salón, con Cristopher pisándonos los talones. Espero que acabe pronto está pesadilla, ya que la ansiedad me está jugando una mala pasada.

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¡Yo otra vez! Espero que os guste el capítulo, y por favor, votad y comentad, ayudadme a hacer de esta historia una grandiosa 💞. Cada vez estamos más cerca de descubrir que ha pasado en realidad, y ya hemos visto que Ryan no es malo. ¿O si?

¡Adiós! °^°



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