El impulso de ocultarse persistía.
Esconderse. Antes de que le hicieran daño. Protegerse a sí misma.
En vez de largarse, Arabela se abrazó, pero esto, no podía contener el temblor
dentro de ella.
Durante un momento, con Hayder en el agua y en el campo, ella había bajado
la guardia. Se había permitido divertirse como si no tuviera ninguna preocupación en
el mundo. Debería haberlo sabido mejor. Karma no usaría una mano suave cuando la
golpeara por su temeridad. ¿Cómo podría haber olvidado el drama que la seguía? La
violencia.
Una violencia que amenazaba a Hayder.
No le harían daño. Si no…
Qué tan agresivo su pensamiento se volvía, cuando se trata de su seguridad, y
sin embargo, cuando ella era la amenazada, quería correr, ocultarse, cualquier cosa
para evitar cualquier posibilidad de dolor.
Ella debería haber estado en guardia, no retozando.
Pero se sentía tan bien.
Lo hizo. Fue muy agradable, correr y jugar. Pero mejor aún que eso, fue el beso
que había compartido con Hayder. Un beso tan ardiente, tan correcto, que los habría
conducido a hacer el amor, de eso estaba segura.
Podía protestar todo lo que quisiera, pero ella no estaba preparada para
cualquier tipo de relación. Sí, era demasiado pronto. Y sí, su vida era un desastre. Nada
importaba. Cuando Hayder la tocaba, lo único que quería era más. Más de él. De su
toque. De su afecto.
Lo quería todo.
El ataque puso fin a la locura. Sin final feliz para mí. El clan mostraba una
determinación, que incluso no había esperado. Su tenacidad también parecía
sorprender a Hayder, que tomó la evidencia de que planearon su ataque, subiendo las
cejas hasta que prácticamente desaparecían, bajo el cabello que le caía sobre la frente.106
—¿Qué quieres decir con que se las arreglaron para noquear nuestras
malditas cámaras?
—Ellos volaron el transformador, arriba en la carretera. Hemos perdido todo el
poder.
—¿Qué pasa con el maldito generador?, Preguntó Hayder.
—No encendió como se suponía que lo haría. Estamos dándole una mirada
ahora, para ver que está mal con él. —
Hayder se pasó una mano por la cara y lanzo un gruñido de frustración.
—Planearon este ataque bien. Demasiado bien, lo que me hace preguntarme si
no tenían ojos y oídos dentro, entonces, ¿cómo sabías que tenías que venir en mi
ayuda? — Dean se aclaró la garganta.
—Nosotros no lo sabíamos, pero me imaginé que algo raro estaba en marcha,
cuando ambos sistemas fallaron a la vez. Me ofrecí con Lawrence y los otros, para
explorar el perímetro. Así es como lo encontramos e inmovilizamos a ese lobo. —
—Su nombre es Sam. — Arabella ofreció.
—¿Lo reconoces? —
Inquieta por estar en el foco de tantos ojos, Arabella luchó contra el impulso de
huir. Entrelazó sus manos apretándolas y obligándose a mantener la cabeza en alto,
ella asintió.
—Yo no lo conozco bien, pero lo he visto antes. Es el beta del clan High Hills. —
Lo que no entendía era, cuál podía ser su motivo.
Obviamente Hayder se lo preguntaba también.
—¿Qué diablos hace el beta del clan de High Hills aquí? Está lejos de casa. Y
jodidamente tiene pelotas al atacarnos en las tierras del Orgullo. Cuando se despierte,
Sam va a tener que responder algunas preguntas. ¿Hay alguna posibilidad de que esté trabajando con tu antiguo clan, bebé? —
—Bebe. — Dean rió y bailó a la derecha cuando Hayder lanzó una estocada de
lado al salir su brazo disparado, con el puño cerrado.
Lo perdió y al igual que un gato, fingió indiferencia mientras Hayder levantó su
brazo extendido y gesticuló exagerando.
Ella luchó con una sonrisa.
—Supongo que estos tipos podrían trabajar con mi viejo clan. Pero no veo
como. Ellos han sido rivales durante años. —
—¿Tal vez tu clan les pidió ayuda? —
—Lo dudo. Mi clan no es del tipo que pida ayuda a nadie. — Pero como se vio
después, la ayuda no fue el motivo por lo que Sam atacó. Mientras Arabella estaba
sentada en la cocina siendo alimentada y entretenida con algunas historias, por unos
de los leones residentes, Hayder y otros felinos interrogaban a su prisionero. Por lo
que no medió, ella no preguntó. La compasión era para las víctimas, no para los
extraños que la atacaban.
Cualesquiera que fueran las respuestas, Hayder surgió con el rostro sombrío y
ordenó,
—Entra en el coche. Nos dirigimos de nuevo a la ciudad, — reveló atropellado.
Los neumáticos hicieron volar la grava cuando tomó la curva cerrada hacia la
carretera principal, para regresar de nuevo a la ciudad. Ella guardó silencio, con las
manos agarrando su asiento. Hayder prácticamente vibraba en garras de la emoción.
No cualquier emoción; enfado.
No es bueno. Nada bueno. Nunca era bueno.
Ella sabía lo que ocurría cuando los hombres se enojaban y necesitaban una
salida.
Hayder gruñó.
—No tengas miedo.
—No lo tengo, — ella mintió.
—Esos tipos no van a estar cerca de ti de nuevo. Lo siento. La cagué antes. No
volverá a suceder. —
—¿Estás pidiendo disculpas? — Su boca se redondeó en un O, y fácilmente,
todo su miedo se derritió. ¿Cómo pudo pensar que Hayder le haría daño? Él no era
Harry. Él no era como los hombres de su antiguo clan. —No eres el que tiene que pedir
disculpas. Yo lo soy. Por un momento, me olvidé de lo que me habías mostrado hasta
ahora y te comparé con los idiotas de mi clan.
Apretó los labios.
—No vuelvas a compararme con ellos. No soy nada como esos perros callejeros
sin honor.
—Lo sé, por eso pedí disculpas. La próxima vez que te veas enojado, te diré que
te relajes.
—¿Enojado? Yo rabiaba. Enfurecido. Nada tan castrante como enojado.
—Eres un hombre muy extraño, Hayder.
—A esto se le llama fascinante, bebé. Solamente piensa en todos los niveles
refrescantes de mí, que todavía no conoces.
—¿Supongo que no hay modestia en alguna parte? — No podía ser menos,
dejarlo de embromar, sobre todo porque su sonrisa en contestación, envió un
sentimiento tan caliente a través de ella. — La honestidad es una de mis virtudes. No
tiene sentido ocultar la verdad. Soy increíble. — Una vez más, él la hizo reír, pero el
humor ligero entre ellos no podía durar, y ella fue la que lo destruyó por pedir más de
la verdad.
—¿Por qué estabas tan enfadado? — se aventuró.
Su expresión era difícil de leer, y no sólo porque las sombras en el coche lo
cubrían, sino con algunos coches ocasionales en el paseo, solamente lo iluminaban por instantes. Conducía con una sola mano, la mano izquierda casualmente agarraba el volante. Su brazo derecho se movió desde el reposabrazos, y su mano aterrizó firmemente en su muslo. Él le apretó la pierna, nada sexual, sino más por comodidad.
—Hey, estoy aquí, así que no te asustes. Necesito que no te asustes si te lo
digo.
—¿Tan mal? — Ella esperó un temblor, pero con la cálida mano de Hayder
sobre ella, se mantuvo relajada.
—Depende de lo que creas que es malo. Parece que el sujeto Sam nos atacó
por orden de su alfa.
—¿Están locos? — La exclamación brotó de ella, pero a ella no le preocupaba
ser castigada. Estaba empezando a entender que Hayder no era sólo, una raza diferente de shifters, sino de hombre también. Uno quien le daba la bienvenida al diálogo y a las opiniones, incluso de una mujer.
—Obviamente tienen algunos tornillos sueltos, pero parece que su motivación
más grande es la codicia. O más exactamente, hambre de dinero y de poder. — Volvió la vista de la carretera para fijarse en ella con una mirada dorada. —¿Cuánto vales,
Arabella? —
Se movió en su asiento, no pudo sostenerle la mirada y, en cambio, se quedó mirando sus dedos retorciéndolos en su regazo.
—Digamos que el abogado dijo que nunca tendría que trabajar y que podría
vivir tan ricamente como quisiera y probablemente no le haría mucha mella. —
Un silbido vino de él.
—Añade a tu patrimonio el papel de alfa, para tu viejo clan y te has convertido no sólo en un premio para los machos del clan de Northern Lakes, sino para casi todos
los clanes en varios estados alrededor. El Consejo Lycan, un grupo separado del
Consejo Superior que gobernaba a todos los shifters, ha declarado el Desafío por la
manada abierto, para todos los contendientes. —
—¿Por qué harían eso? —
—Ellos citaron la necesidad de una dirección diferente en el liderazgo. Al parecer, no creían que en la manada hubiera alguien adecuado para el puesto. Por lo que lo abrieron para todos, esperando traer nueva sangre y lograr una reorganización.—
— Todo eso está bien y es bueno, pero ¿qué tiene esto que ver conmigo?
—El Consejo Lycan quiso endulzar la olla, por lo que lanzó el hecho de que eras
una heredera.
—¿Me hicieron un maldito premio? — Se había acostumbrado a ser tratada como una posesión por Harry, ¿pero que en realidad un grupo de gente, la condenara a eso, como si no fuera más que un objeto de trueque? La golpeó con fuerza. No debo dejar que me duela. Ella debía haber pronunciado las palabras en voz alta, porque él le
respondió.

ESTÁS LEYENDO
Cuando un Beta Ruge •||Saga El Orgullo Del Leon 2 ||• [Terminada]
Fiksi UmumCuan degradante. Ejercer de niñera de una mujer porque su alfa lo dijo. Como Beta del Orgullo, tenia cosas mejores que hacer con su tiempo, como lavar su impresionante melena, la caza de matones por diversión, y perseguir la cola, a veces la suya...