El Planeta del Tesoro

21. El Planeta del Tesoro

- Me vuelves a tocar y te arranco la mano.

Tatia y Ben no se llevaban lo que se podría decir "bien".
Habían tenido que desembarcar en un sitio alejado del refugio para no delatarse con el ruido del motor.
Desde entonces, Jim había ido abriendo la marcha, mientras que detrás, Tatia era vigilada por Ben.

En verdad, llevaban aproximadamente un hora caminando, y en todo aquel rato Tatia no había dado ningún motivo para necesitar supervisión.
Podría desatarla sin más para que así no se jugase el cuello cada vez que tenían que pasaban sobre unas raíces, pero que estuviese atada proporcionaba a Jim una falsa sensación de control sobre la situación que ahora mismo realmente necesitaba.
En verdad, no había motivos para atarla. Una vez allí abajo, sabía que no iba a escapar a ningún lado, ni creía que fuera a avisar a nadie.
Aunque bueno, también había creído que era su amiga y ya llevaban dos veces en el día en el que casi lo mata.
Pero no lo había hecho. Y no porque no hubiera podido.

- Jim ha dicho que por este camino. No puedes desviarte.

- O me desvío o me parto la pierna, imbécil.

- ¡Jim! ¡Me ha insultado!

En verdad, incluso atada, Tatia estaría en superioridad de condiciones en una pelea cuerpo a cuerpo. Ya la había visto pelear. Contra otros y contra él.

- Que-no-me-toques.

Esperaba no tener que volverse a enfrentar.

- ¡Ay! ¡Me ha empujado!

Soltó un bufido. No podía más con esta mierda.

- Ben, abre tú la marcha. Yo la ayudo a caminar por aquí, pero callaos de una vez los dos- dijo empujándole para que fuera delante.

Ben fue a protestar, pero la mirada que le echó Jim le hizo reconsiderarlo.

Se giró entonces hacia Tatia y le agarró de las muñecas para traerla de vuelta al camino.
Intentó obviar el hecho de que ella estaba conteniendo la risa.

Y así prosiguieron la marcha.
Ben no dejó de hablar, ni mucho menos. Realizó un monólogo continuo en el cual no conseguía hilar ni una sola idea, pero era fácil de ignorar mientras no alzase la voz (que lo seguía haciendo de vez en cuando).

Por su parte, Tatia no se había vuelto a quejar. No estaba necesitando mucha ayuda para continuar el camino. De vez en cuando, avanzaba más despacio para superar algún obstáculo, pero se las apañaba bastante bien por su cuenta.
Tampoco había preguntado en ningún momento cuanto faltaba.
Jim lo agradecía, ya que no tenía ni idea de donde estaban. Empezaba a dudar incluso de si estaban llevando la dirección correcta...

Ben volvió a subir la voz, y esta vez Jim escuchó unas voces a la lejos.
Frenó en seco, mandando callar a Ben. Tatia no se percató de esto, y chocó contra él, perdiendo el equilibrio y casi callendo de la raíz.
Y digo casi porque Jim consiguió atraparla en el último segundo.
La rodeó la cintura con una mano, quedando ambos completamente pegados en ese minúsculo espacio de raíz.
"Como no" pensó Jim.

Permanecieron muy quietos, a la espera de escuchar otro ruido.
A lo lejos, el grupo de voces volvió a elevarse.
Miró a Tatia (bueno, más bien a su mejilla, ya que era incapaz de separarse sin jugársela a caerse). Solo necesitaba gritar para que Silver supiera inmediatamente donde estaban.

Bajó su mano libre a la cadera, buscando la pistola.
Tatia se volvió hacia él, con una ceja enmarcada.
Jim no sabía que le ponía más nervioso, si lo cerca que estaban o la cara que estaba poniendo. Como si le estuviera retando a tener los huevos de encañonarla en ese momento.