Reportes

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Capitulo Diecisiete: Reportes

Ni siquiera sabía exactamente por qué lo hizo, ni por qué fingirse dormido minutos después. Pero lo hizo.

Después de haber escuchado decir a Granger a su hijo: "Yo también pequeño. Yo también te quiero mucho", se había quedado escondido detrás de una maceta para ver más de cerca a ambos. Le sorprendía de sobremanera lo que estaba haciendo, incluso hasta se sintió estúpido, pero tenía que saber lo que iba a ocurrir después de esa charla entre su hijo y la chica.

Habían pasado quince minutos o tal vez una hora, el rubio no lo sabía. Sin embargo, a los que observaba aún estaban en el balcón. Scorpius se había acurrucado en Hermione mientras que la chica lo arrullaba con una melodía apenas audible para él. Malfoy estaba anonado ante lo que veía más por el asombro que por otra cosa. ¿Esa era la misma Granger? ¿Esa chica que se despertaba de vez en cuando de malhumor era la misma que en esos momentos le cantaba a su hijo? ¿Esa castaña que en un tiempo le golpeó en su tercer curso era la misma que le daba besos y caricias a su hijo?

Definitivamente Draco Malfoy estaba conociendo a la verdadera Hermione Granger.

El rubio dio un respingo cuando vio a Hermione levantarse lentamente con Scorpius en brazos, seguramente lo llevaba a la habitación. Sin pensarlo dos veces Draco corrió hasta su habitación, apenas tuvo tiempo para acostarse en la cama y echarse encima las sábanas cuando Hermione irrumpió en ésta.

Malfoy se hizo el dormido. La chica depositó a Scorpius en la cama no sin antes darle un beso en su frentecita. Sin embargo no se movió, sino que se quedó observándolos en la oscuridad. Debajo de las mantas, el rubio sentía a su corazón martillar rápidamente. ¡Por Salazar! ¿Acaso Granger pensaba quedarse toda la noche observándolos?

Y Granger no se iba. Draco no sabía el porqué.

Por otro lado, Hermione observaba atentamente a ambos rubios, en especial al pequeño. Ese niño que de alguna manera la había cautivado. Scorpius era un niño noble, sensible, tenía buenos sentimientos. Le causaba mucha rabia el saber que el maldito de Voldemort le había prácticamente arrebatado a su madre a tan corta edad. Odiaba a ese demente. Y se prometió a sí misma que cuidaría a ese pequeñito a capa y espada. No permitiría que ese intento de mago se le acercara siquiera. Scorpius nunca correría peligro al estar con ella. Nunca.

Desvió su mirada hacia Draco. El mayor era todo un enigma para ella, definitivamente no era el mismo chico que conoció en Hogwarts. Ahora era todo un padre de familia. Un viudo padre, se corrigió. Scorpius no fue el único en sufrir por la muerte de Astoria, también Draco lo hizo. Por algo se había casado con ella y habían tenido un hijo. Y ese algo, aunque era difícil admitirlo, era el amor.

Hermione hubiera seguido toda la noche reflexionando sobre los rubios, pero un leve carraspeo del chico rubio mayor la hizo reaccionar. Suspiró levemente antes de salir de la habitación.

Draco podría fingir toda la noche el estar durmiendo, sin embargo la presencia de la chica lo estaba incomodando a límites insospechados, así que, antes de que estallara gritándole un: "¡¿Qué demonios estás mirando Granger?!", carraspeó levemente mientras se acomodaba más en su cama. Y le funcionó. La chica salió de la habitación. Sin embargo, por segunda ocasión en esa noche, Draco se sintió estúpido por su comportamiento.

*****

Cuando Harry vio llegar a su amigo pelirrojo al departamento se abstuvo de preguntarle sobre aquello que le carcomía dentro de él.

"Sexto curso en Hogwarts, me descubriste besando a Ginny Weasley en el invernadero número tres".

Esas habían sido las palabras de aquel Slytherin, lo cierto era que aquel acontecimiento había ocurrido en Hogwarts y no tenía relevancia, sin embargo al ojiverde no se le podía simplemente olvidar.

LOS CINCO ELEMENTOS || Dramione || FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora