Enseñándole A Tú Corazón (#3 Trilogía De Corazones Infelices)

Capítulo 12

He perdido la noción del tiempo, y cada vez el lugar en donde estoy empieza a hacerse aún más frío que antes.

No he querido hablar, no he querido gritar, porque sé que nadie vendrá a ayudarme. Abrazo más fuerte mis piernas pensando en Yuri, ¿ella estará bien ahora? ¿ha dejado de llorar? Espero que si, no quiero que este triste.

Quiero a mamá, quiero a papá, ¿estarán preocupados de nuevo?

Si tan sólo pudiera ver, tal vez vería todo el dolor por el que pasan día a día por mi culpa; prefiero seguir sin verlo, así duele menos

Alguien abre la puerta, y yo sólo me hago bolita por el miedo, ¿quién será?

-Hola, Alexa.

Esa voz, es...

No, no, de nuevo estoy soñando. Esa voz no es real.

Sacudo mi cabeza tratando de apartar cualquier idea loca de mi cabeza. Porque esa voz no es real, es sólo producto de mi imaginación.

-¿Por qué no hablas?- un escalofrío recorre mi espalda al escuchar su voz, siempre ha sido la misma. -¿Sabes quién soy?- niego temerosa -Alexa, soy yo, Alicia.

¿Alicia? Nunca la había escuchado, ay no, estoy en problemas.

-¿T-tu me... conoces?

-¡Claro! Estoy contigo todas las noches.

No puedo creerlo, pensé que era un sueño, o que sólo lo estaba imaginando.

Su brazo roza el mío, se ha sentado a mi lado. Dios, ¿qué debería hacer?

-Tranquila.- acaricia mi espalda tratando de tranquilizarme.

-¿Por qué vas a mi habitación?

-Siempre he ido, Alexa, sólo que casi nunca me has notado.

-Yo no puedo ver.

-Por eso estoy aquí y en tu habitación siempre, para ayudarte cuando lo necesites.

-¿E-en serio?

-Claro.- sonrio por bajo, su voz es siempre muy cálida que me hace sentir confianza sin siquiera conocerla del todo.

-¿Cómo me conoces?- ella tarda en responderme.

-Yo era amiga de tu madre cuando éramos jóvenes, eso es todo lo que te puedo decir.

-Pero...

-¡Alexa!- se escucha la voz de Chloe a lo lejos.

-Tengo que irme.

-Quédate conmigo, por favor.- suplico al ya no sentirla a mi lado. Aún tengo muchas cosas que preguntarle.

-Siempre estoy contigo, ya viene tu familia a sacarte de aquí.- asiento desilusionada, quería hablar más tiempo con ella y conocerla -¿Puedes hacerme un favor?

-El que sea.

-No le digas a nadie de mí, ¿si?

-¿Por qué?

Nadie responde, ella se ha ido de nuevo. Como todas las noches.

A los segundos, los pasos apresurados de Chloe se acercan a mi dirección. Puedo escuchar su pesada respiración cerca de donde estoy.

-Aquí estás.- unos brazos me rodean en un fuerte y asfixiante abrazo -Estaba tan preocupada, lucecita. ¿Estás bien? ¿Alguien te hizo algo?- se separa de mí y coloca sus manos en mi cara -¿Quién te encerró aquí?

-Me p-perdí.- susurro.

Si no quiero preocupar más a mi familia, debería mentir, aunque me cueste.