Capitulo 20

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*Narrador omnisciente*

A pesar de ser la clínica de la escuela, Harry no estaba cómodo estando ahí. Malas vibras y recuerdos le atormentaban. Como resultado a eso, sus latidos eran más fuertes y rápidos de lo normal, incluso le era casi imposible ocultar aquella sudoración en sus manos.

Aunque para él eso ya era un avance controlando sus ataques de pánico, y pensaba que no era el momento para dejar que aquello le ganara.

—¿No irán a clases? —preguntó la enfermera saliendo al pasillo, aferrando unos papeles con sus manos al pecho.

—Soy de último año. —se limitó a decir Harry.

—Somos. —corrigió rápidamente César, un poco molesto.

—Oh, bueno. —dijo restándole importancia— Su amiga despertará pronto. El doctor ya viene para chequearla una última vez.

Ambos asintieron y la enfermera desapareció por el pasillo.

A pesar de ser mentira eso de que aquellos chicos no tenían clase, los estudiantes de último año tenían horas libres debido a que ya habían completado los cursos requeridos por la escuela. Claro, eso solo pasaba con aquellos estudiantes que estaban sumamente dedicados al estudio y a los trabajos estudiantiles extra, por lo que tomaban cursos de más para acabar antes que los demás.

Pero, ¿aquellos chicos eran inteligentes? Lo suficientemente para sobrevivir. ¿Habían tomado cursos extra para acabar un poco más temprano? Sólo Harry había sido capaz, sin embargo, dejó aquel curso debido a una serie de circunstancias que se le presentaron en aquel momento.

Habían dos chicos, con cuerpos muy bien formados y desarrollados que los demás de su edad, y una sola puerta para poder pasar hacia la habitación.

—¿En serio seguirás con esto? —dijo Cesar, tratando de pasar, pero Harry interpuso la mano por enfrente de Cesar para evitar que pasara.

—No te incumbe esto, lárgate. —aquella mirada de Harry parecía querer matar a César.

—Sabes que sí. Ella es mi 'amiga'. —enfatizó la última palabra, tratando nuevamente de pasar de aquel pequeño umbral de la puerta en la cual ellos estaban estancados.

Harry rió sarcásticamente, y sin previo aviso, le dio un codazo a César, lo que lo dejó sin aire por unos segundos. Caminó victoriosamente hacia la cama donde reposaba el cuerpo de Alexa.

—¡Eso es trampa! —gritó Cesar, seguido de toser un par de veces debido a la pérdida del aire.

Sin darle importancia a lo que aquel chico había dicho, Harry se paró a un lado de la camilla. Sus manos llegaban a tocar las sábanas, más no el cuerpo de la chica quien dormía plácidamente.

Segundos después, César se le sumó, quedando parado al otro extremo de la camilla.

—Espero que te disculpes apenas despierte. —advirtió Harry, sin despegar la vista del rostro de Alexa.

—Tú empezaste. ¿No tienes vergüenza? Tan grande y tan egoísta que eres.

"Egoísta" una palabra muy sensible para Harry. Inmediatamente levantó la vista hacia César para enfrentarlo.

—¿No puedes entender que no me caes bien? ¿Crees que le caerás bien a cualquier desconocido con el que te cruces? —se defendió.

—Tal vez no, pero traté de ser amigable contigo.

—Pues no lo hagas, me molesta.

—Aparte de egoísta, delicada la flor.

—¿Quieres dejar de criticarme para excusarte? Sé que no te caigo bien también. Deja de fingir.

Enseñándole A Tú Corazón (#3 Trilogía De Corazones Infelices)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora