Distinguí el irregular castillo de mis tíos a la distancia. Provocando un torrente de alegría a todo mi sistema... El intachable reino de Corona se alzaba ante nosotros como esperando nuestra llegada, dispuesto a cubrirnos bajo su manto.
El viaje había sido demasiado cansado, largo, extenuante. Apenas y nos deteníamos para comer o dormir por temor a ser descubiertos. No interactuamos con nadie más que nosotros y si llegábamos a ver algún barco por debajo de donde volabamos rápidamente huiamos.
Incluso tuvimos que rodear Berk al acercarnos a ese punto. Pero, ni rodearlo disminuyó la pesadumbre que nos acompañaba.
Grandes columnas de humo se distinguían a lo lejos donde todos sabíamos estaba la isla... Ninguno se atrevió a preguntar, ni siquiera mi amado Hipo quizo voltear la vista a donde provenían tanta ceniza y humo.... Esa tarde bajamos a tierra más rápido que de costumbre... Los rostros preocupados de todos carcomian mi conciencia poco a poco, y aunque me hubiese gustado hablar con ellos, disculparme o al menos darles los ánimos suficientes... No pude hacer nada.
Respete el silencio de cada uno de los chicos, la privacidad de sus pensamientos era lo más que tenían y sería egoísta de mi parte acongojarlos más, porque después de todo. Era mi culpa.Estuvimos tan bordadeados por ese interminable océano que tanto me aterraba, que cuando por fin avistamos tierra nos sentimos jubilosos. Por fin, después de tanto tiempo volando llegábamos a nuestro destino.
Apenas era media mañana cuando aterrizamos dentro del patio de armas del castillo y sin la menor dilación una muchedumbre comenzó a arremolinarase alrededor nuestro, a causa de la curiosidad que causaban los dragones. Ni siquiera podía ver más allá de las personas que comenzaban a rodearnos con rostros asustados.
Lo único que pude distinguir a la perfección fue una fugaz cabellera naranja que se abrió paso a empujones por entre todos y se me hecho encima sin más.
— ¡¡Te extrañé!! — casi caemos de espaldas por la acción arrebatada de no ser por el duro pecho de Hipo que nos amortiguo...— No enviaste cartas, ni dijiste nada, creí que ya no te volvería a ver...
— Ya estoy aquí. — respondí con voz suave, mientras acariciaba dulcemente el cabello de mi hermana sin romper el abrazo.
— Creí que...que... — sollozo. Había olvidado que Anna era una "drama queen" — Que te había devorado un dragon o algo... — reí un poco al escucharla y me separe de ella lentamente para poder verla a la cara. Enserio, estoy amenazada de muerte y la mayor preocupación de mi hermana es que me hubiera devorado un dragón.
— Ay, Anna... — limpie sus tristes lágrimas, para después sonreírle. — Lamento decirte que no fui apetecible para ningún dragón.
— Menos mal. — sonrió, y después paso sus enormes ojos a algo que pareció importarle más... — ¡Debes ser tú!
— ¿Hola? — Oh, no...
— Si, sí. Tú eres ese tal Hiccup del que tanto me habla mi hermana en sus cartas, ¿verdad? — sentí el calor subir por mis mejillas, junto con el anhelo de que la tierra me tragara. — Soy Anna, ya nos habíamos conocido ¿recuerdas?. Fue ese día en que llegamos, tu llevabas puesta una máscara de hierro que se te veía tan rara, ¿por qué usas máscara? Digo es cierto lo que dijo Elsa, eres muy guapo... — La mirada traviesa de Hipo me dejó enmudecida. En parte se veía asustado de que Anna dijera tan tantas palabras por minuto y por otro lado me tiraba miradillas orgullosas por escuchar lo que le decían.
— Anna... — pronuncie atropelladamente entre dientes para hacerla callar.
— Oh, a tus amigos no los conocía.. ¿Quiénes son?. Wow, mira me gusta el cabello de ese chica... Uh, ¿Por qué ese dragon tiene dos cabezas?...
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❇ El Último Reino ❇ (Hiccelsa) TERMINADA
ФанфикJusto después de coronarme reina el destino me golpea, invaden mi preciado reino, haciendome escapar de emergencia. No había a donde ir o eso creía yo, hasta que llegamos a una isla de vikingos llamada Berk....