*- Cielo Rojo En La Mañana -*

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Hoy es el día en que Elsa decidirá a su futuro esposo. Hace seis días me habria vuelto loco solo de pensar que ella tenía que dejarme de lado unicamente por sus intereses, pero ahora sé que esta luchando por nosotros... O al menos eso es lo que creo. Su tía Miranda y su tío Frédéric me habían dejado en claro el plan que teníamos para que yo y ella pudiéramos contraer matrimonio. Por que sí, ya estaba decidido a hacerlo. Tal vez nos casaríamos después de recuperar su reino... O tal vez antes, pero estaba seguro de que esto saldría bien. Además ya podríamos mostrarnos tal como nos queríamos y me podría deshacer de ese engreído de Frost.

Me levante de la cama adormilado, eran cerca de las 7 de la mañana, y yo aún continuaba dormido. ¡Vaya que Elsa me pego lo flojo! Sonreí por la idea, algún día el tiempo estaría de nuestro lado. Me levante con apresurado, debía estar listo de ya, pues nos habían citado a todos en el salón del trono para escuchar el veredicto, me revolvía el estómago saber que tengo que estar ahí haciéndome el tonto mientras esos tipos canosos deciden nuestro futuro como si tuvieran derecho, pero quiero pensar que todo estará bien.
Por el momento lo que más me asusta es el hecho de que no e visto a Elsa desde ayer en la tarde... Dijo que había ido con su tío, pero... Tal vez tenía más cosas que hacer.
Creí al menos que la vería en la mañana o un momento durante la noche pero no sé nada de ella, ni Anna supo decirme en donde estaba, y no era que Anna pudiera guardar secretos así que genuinamente no sabía de su paradero. Incluso ayer decidí ir a su habitación a buscarla para charlar sobre lo que pasaría hoy, sin embargo, nadie respondió.
Temo que algo le hubiera pasado o que haya escapado o caído, suicidado y, ¿y si no se quiere casarse conmigo y por eso se fue? ... ¡BASTA! No debo ser paranoico. Ella está bien, a esta hora debe estar durmiendo, tal vez y si voy la pueda despertar.
Camine con paso veloz entre tantos pasillos, por más que intentaba mantener la calma, una vocecita dentro de mi cabeza me decía que las cosas no iban bien...
Mi estrella nunca desaparece por tanto tiempo, yo si porque soy un idiota enojon, pero ella no.

—Hipp— ¿Hipp, Hipp, Hurra? ¿Por qué rayos abrevian mi nombre así? De por sí ya es ridículo... Avance más rápido huyendo de esa vocecilla que parecía seguirme cada vez más... — Horrendos— aaagh, menos te presto atención. Ni siquiera voltee a ver quien me hablaba, ya después arreglaría cuentas con quien fuera.

—¡Hipo!—Voltee la mirada molesto dispuesto a mandar a volar al acosador, para toparme con Astrid.—Te e estado buscando, han pasado cosas horribles, debemos irnos... —clamó con los ojos llorosos.

—¿Qué pasa? —pregunté asustado, Astrid raramente lloraba. Tomé sus temblorosas manos como para intentar tranquilizarla. Debió pasar algo verdaderamente malo como para que se comporte así... —Toma aire, tranquilizate.

—A-yer m-me enteré... ¡Secuestraron a tu padre! —la mire detenidamente, para mi que debe estar bromeando, eso sencillamente no podía ser posible, mi padre era un fiero guerrero un hombre de guerra que preferiría morir a vivir como un esclavo era más probable que me cayera un rayo a que se lo hubieran llevado.

—¿Quién te lo dijo? —pregunte incrédulo. Esto debía ser un malentendido, tal vez confundieron a los clanes con enemigos... —Quién te lo haya dicho debe estar equivocado ya sa..

—Me lo dijo Elsa.—me quedé petrificado. ¿Elsa? Pero ni siquiera se hablan... Bueno como sea tal vez en el momento en que se entero... —Me lo dijo ayer de mala gana solo porque la presione para hacerlo, tu padre lleva una semana a manos de Hans.

—¿Una semana? —escupi asustado. Esto no podía ser posible, ese malnacido se había llevado a papá cautivo para usarlo en sus maquiavelicos planes de desequilibrado mental. —¿Y porqué rayos no me lo dijo? —pregunté más para mi que para ella mientras me rascaba la nuca.

❇ El Último Reino ❇ (Hiccelsa) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora