Antes de la muerte de Victoria, siempre había querido que pasaran “desgracias” en mi vida. Algo lo suficientemente significativo como para en un futuro decirle a mis hijos “yo salí de esto, luche por mi vida y lo hice bien”. Testimonios de chicas violadas que habían podido salir adelante y llenarse de felicidad. Jóvenes que se hacen daño en diversas partes del cuerpo, pues quieren que su dolor físico sea mayor al dolor de su alma, pero que han logrado dejar de hacerlo gracias a las voces de personas que quizá nunca conocerán. Adolescentes sufriendo abuso todos los días, pero que son capaces de levantarse por las mañanas y enfrentar sus problemas. Yo quería ser así. Y quería hacerlo sola. Pero ahora, después de la pérdida de Victoria, mi madre y el abandono de mi padre, simplemente quería que las desgracias acabaran. Quiero “caminar hasta el arcoíris” de la mano de la persona que más amo y ser felices hasta envejecer. En estos momentos me doy cuenta de que mi vida era una caída en espiral hacia un abismo de tinieblas, que todo por lo que una vez luché estaba perdido. Y que no tenía con quien compartirlo. Pero me alegro de saber que estaba equivocada. Lo tenía a él, a quien amaba más que a mi propia vida y por el que daría todo. Gerard.
Era una persona nueva, con mentalidad renovada y una historia que escribir. La historia de mi vida. La vieja yo está ahora llorando en un rincón, pues siente que su vida no vale nada. Se siente sola en un cuarto de hospital lleno de gente que dice apreciarla y quererla. ¡Ja! Los primeros recuerdos después del accidente que le quitó la vida a Victoria son así, caras tristes deseando no ser ellos los que me den la noticia. La vieja yo no lo soporta más y rompe en llanto, destruye todo a su alrededor maldiciendo, sabe la verdad. Ahora yo observo esa deprimente escena, viendo una Ashley llorando en posición fetal, abrazando sus rodillas y susurrando un solo nombre. Sí, Victoria falleció y eso será algo que me atormentará por el resto de mi vida. Pero ahora mis días no estaban tan oscuros. La actual yo se ríe mientras ve una película, abrazada al amor de su vida y con su media hermana a su otro lado. Pronto seré tía, realmente no tengo nada de qué quejarme en estos momentos, incluso podría decir que soy feliz…
–¿Cómo fue el ensayo hoy? –le pregunté a Gerard cuando lo vi entrar al cuarto, ya eran las diez de la noche y Haven ya estaba dormida. Yo leía mientras lo esperaba. Extrañamente, sólo podía conciliar el sueño con él a mi lado.
–Nos fue genial –respondió abrazándome– los chicos amaron la nueva canción y ahora sólo nos falta una más. Dentro de poco podremos lanzar el CD.
–¡Qué maravilla! Muy pronto serán conocidos por miles de chicos alrededor del mundo y serán famosos.
–Eso espero, mi amor –un destello de luz brillaba en los ojos de Gerard, estaba más emocionado que yo por cumplir su sueño y se notaba fácilmente que era lo que más anhelaba–. A dormir –se recostó a mi lado y con su olor alrededor de mi, pude dormir…
¿Qué puedo decir del siguiente mes de nuestras vidas? My Chemical Romance al fin pudo sacar su disco unas semanas después y cada noche tenían una presentación diferente en algún bar de la ciudad. Los chicos de NJ los adoraban, muchos de ellos vestían camisas diciendo “MCR Saved My Life” y el orgullo en los ojos de Gerard al verlos es inexplicable. Lo estaban haciendo bien. Frank y yo éramos mucho más cercanos que antes, y él se había conseguido novia. Jamia no dudó ni un segundo y han sido una pareja inseparable desde entonces. Una hermosa pareja. Haven ya estaba en su quinto mes de gestación, pasábamos mucho más tiempo juntas y empezábamos a parecer hermanas de verdad.
Todo parecía estar saliendo bien, con casi 16 años era una de las mejores en mi trabajo, tenía un novio al que amaba, una hermana, una futura sobrina y los amigos que siempre quise. Una mañana de lectura me levanté para poder botar un envoltorio que Gerard había dejado en la cama antes de irse a ensayar, pensé en lo raro que estuvo esta mañana. Parecía que quería decirme algo y aún no se atrevía. Abrí el tacho de la basura y me encontré con un papel hecho bola y tirado. Se distinguían algunas letras y palabras: “My Chemical Romance”, “New York”, “Mundial”. Todo tuvo sentido en ese momento…
