Capítulo XXI: Aprendiendo juntos

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El resto de los estudiantes habían regresado después dos semanas y las cosas volvieron a su rutina normal. Por un corto tiempo, Neville atrajo la atención de los Alfas más antiguos, pero rápidamente perdieron el interés cuando dejó en claro que no estaba presumiendo o luchando con ellos para establecer un orden jerárquico.

Al principio lo habían atacado ligeramente, pero había probado que no iba a tomar las ofensas con calma. Cormac McLaggen también había cometido el error de hacer un comentario imprevisto sobre Harry al oído de Neville, llamándolo «perra bonita», y Neville lo inmovilizó, dándole varios golpes fuertes a la cara del otro Alfa y enseguida dirigirse hacia los invernaderos para deshacerse del enojo restante mientras los amigos de Cormac se llevaban al cuarto año al Ala del Hospital para curar las heridas que Neville había dejado.

Después de ese incidente, a Neville se le fue otorgado un cierto nivel de respeto entre los otros Alfas, que habían visto de primera mano la fuerza y la protección de sus amigos. Nadie estuvo dispuesto a provocarlo después de eso, y los comentarios despectivos sobre Harry y los gemelos, y, de hecho, cualquier Omega, se mantuvieron fuera de su alcance auditivo.

Ese sábado, Draco y Harry se reunieron fuera del aula de Remus y tocaron juntos.

Remus les ordenó entrar y les sonrió cálidamente. -Draco, necesito hablar contigo después de nuestra lección, así que por favor quédate.

Draco asintió.

La lección salió bien, Harry logró producir una impresionante pantera que se frotó sinuosamente contra sus piernas antes de dirigirse a Draco y golpear su cabeza contra la cadera del rubio.

Draco se rió del gato de la jungla mientras se disipaba. -Eso es raro. ¿Los Patronus suelen tener personalidades? -le preguntó a Remus.

Remus tarareó. -La mayoría de las veces, un Patronus toma la forma de algo que hace que el mago se sienta seguro.

Harry sonrió. «Así que probablemente simboliza a Severus», se dijo, pensando en la pantera. «Tiene sentido que nos guste tanto a mí como a Draco. Si Severus no tuviera que actuar, probablemente tendría una muy buena relación con Draco. Parece que solían ser cercanos.»

Draco lo intentó por el resto del tiempo que estuvieron allí y, cuando se suponía que debían irse, había producido una forma breve, de cuatro patas, más grande que la de Harry.

-Buen trabajo hoy -Harry dijo alegremente-. ¿Quieres que te espere y te acompañe al dormitorio? -preguntó.

-Eso no será necesario, Harry, pero gracias por ofrecerte. Tengo una sugerencia que creo que sentará mejor a Draco -dijo Remus con suavidad-. Ve a la cama.

Harry parpadeó. -Oh. De acuerdo, entonces. -Se marchó y se dirigió hacia la Torre Gryffindor.

Remus se volvió hacia Draco. -Neville me contó lo que te pasó. Bueno, lo que casi pasó. Me gustaría ofrecerte compartir mis habitaciones contigo algunas noches. Específicamente, aquellas en las que llegas tarde. Tendríamos que mantener la calma, ya que no está exactamente permitido, pero como tengo un gran interés en tu seguridad y en asegurarme de que un Alfa no te haga daño antes de madurar, Neville sugirió que te quedes conmigo en las noches que te tengo aquí tarde, y estoy de acuerdo: sería lo mejor.

Draco sonrió ampliamente. -Me encantaría quedarme contigo, Remus -dijo feliz.

Remus se sonrojó. -Bueno. Genial -tartamudeó y recogió sus planes de lecciones y algunos ensayos que aún necesitaba marcar y se dirigieron por el pasillo hacia sus habitaciones. Cuando entraron, Remus dejó la pila de papeles y se dirigió al dormitorio-. Entonces, la cama debe ser lo suficientemente grande para los dos, y prometo quedarme de lado - explicó.

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