Capítulo XXXII: Sanación sexual

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Advertencia: este capítulo incluye escenas para mayores de edad. Lee bajo tu responsabilidad.

Neville regresó del jardín y se lavó las manos, luego siguió su olfato para encontrar a Remus. -Acabo de plantar algunos guisantes y zanahorias en el jardín, así que tendremos algunos frescos -entró en el dormitorio y miró la escena que lo saludaba-. Mierda. Lo siento.

Remus estaba tendido en la cama, polla en mano, tratando desesperadamente de encontrar alivio.

Neville se dio la vuelta y se dispuso a partir. -Voy a irme y te dejaré se-

-No -Remus aspiró-. Ven aquí -ralentizó sus golpes-. Ayúdame.

Neville se volvió para mirarlo y Remus pudo ver que sus ojos se habían vuelto completamente rojos y los colmillos estaban presentes, asomándose por el labio que Neville estaba mordiendo. -Remus, me encantaría, confía en mí, pero verte y olerte así acaba de traer mi celo. No es una buena idea. Tendría que superar mi estado actual, y luego te anudaría, y no estás hecho para eso.

Remus dejó escapar un suave gemido. -Neville, ven. Aquí -dijo firmemente, alcanzándolo.

Neville respiró hondo, sacudiendo la cabeza, pero dio unos pasos hacia delante y se detuvo en el borde de la cama. -Ahí. ¿Feliz?

Remus extendió la mano y comenzó a deshacer los pantalones de Neville. - me metiste en este estado -dijo brevemente-, sácame de él.

Neville parpadeó cuando Remus le bajó los pantalones para dejarlos juntarse en sus pies. -¿Me estás culpando de esto? -preguntó con incredulidad, saliendo de su pantalón cuando Remus lo impulsó a hacerlo.

Remus asintió. -Sucedió una vez antes. Con una chica llamada Amelia. Cuando estoy cerca de relacionarme con alguien, y está cerca la luna llena, entro en este estado. Cachondo, necesitado, y nada de lo que haga funciona o ayuda. Entiendo que la idea de anudarme te asusta -a mí también me asusta-, pero no hay otra opción para salir de este estado antes de la luna llena.

Neville parpadeó. -¿Podrías quedarte así durante dos días? -preguntó con incredulidad.

Remus se rió entre dientes. -Oh, sí, esa parte se resiste -murmuró-. Lo único es que no podemos enlazarnos sin Draco. Si me enlazo con alguien que me supera, no podré tomar a Draco cuando llegue el momento. Los hombres lobo sumisos no montan a otros. Nunca. Así que no te atrevas a dejarme unirme a ti hasta que me haya vinculado adecuadamente con Draco.

Neville se subió a la cama. -Anotado. Me abstendré de la unión -aseguró-. ¿Lubricante?

Remus tomó el frasco que había estado usando y se lo entregó a Neville.

Neville lo miró con las cejas levantadas y luego de vuelta a Remus. -Has estado ocupado -comentó.

Remus se sonrojó. -He estado en esto durante tres horas -respondió.

-¿Así de largo? Wow -exclamó Neville, impresionado. Se inclinó y besó a Remus-. Voy a cuidar de ti, no te preocupes -prometió en voz baja. Deslizó los dedos de una mano y se agachó para palpar la entrada de Remus.

Remus gimió cuando la encontró y trazó sobre el borde unas cuantas veces, dejando que el hombre se acostumbrara a la sensación, antes de que comenzara a empujar.

Neville descubrió que tenía que usar bastante fuerza para entrar en el cuerpo de Remus. -Estás muy apretado -comentó.

Remus se lamió los labios. -He sido pasivo una vez -explicó-. Sirius. Cuando estábamos en la escuela.

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