Introdujo la llave lentamente, la giró y empujó la puerta con sutileza para evitar que sonara. Se quitó los zapatos y sin abrirla por completo entró, dando pasos de fantasma, como si estuviera flotando. De allí a la alcoba donde se escuchaba el gemir de una mujer, eran cerca de quince pasos que parecían muchos kilómetros, porque los recuerdos la hacían caminar en cámara lenta, como si intentaran detener el sórdido final.
Sabía que no era justo, porque lo había amado con todas las fibras del alma, y así fue desde esa lejana tarde en que se besaron en el cine, justamente en la escena más impactante de la película, pero no la vieron porque él se aventuró y ella cedió para encontrarse en un beso que muchos otros deseaban, pero que solo él consiguió.
Habían construido tantas cosas, una gran casa en las afueras de la ciudad, con los árboles que ella siempre deseó y bajo los cuales ella le escribía de vez en cuando, cómo sus noches se convertían en el mejor viaje al paraíso entre sus brazos, las mañanas en el mejor retorno de ese fantástico mundo de ángeles y hadas fosforescentes, para abrir sus ojos y saber que tenía al más hermoso serafín a su lado.
Ese columpio que le hizo construir porque le recordaba un lejano parque de la niñez, y en el cual una noche se deshicieron en sudor mientras la luna los espiaba excitada.
Eran tantos días acumulados, tantas tardes de reencuentro al fragor de un abrazo mágico, porque verlo regresar era tener la certeza que era real su suerte al casarse con el hombre de su vida.
Allí había nacido su hija, que vino de golpe sin avisar, como si estuviera afanada por completar la felicidad inconmensurable del hogar. Es cierto que habían peleado una que otra vez, pero ella siempre lo buscaba y lo encontraba en un beso, o se dejaba encontrar debajo de las sábanas, donde él siempre la hallaba enamorada.
No estaba segura de lo que había ocurrido, solo que un día él empezó a quedarse hasta más tarde en la oficina, incluso empezó a trabajar los domingos y casi nunca estaba en las celebraciones especiales, a veces las olvidaba, y arreglaba todo con un par de aretes de diamantes que ella terminaba recibiendo con una risa fingida, para acabar comprendiendo una noche que eran dos perfectos extraños compartiendo la misma cama, pero viviendo en mundos separados por un abismo.
Ahora recordaba ese lejano instante en que fue a buscarlo al trabajo sin avisar, para estrellarse contra el mundo cuando por una esquina de la ventana de su oficina, vio como él se perdía en otros brazos que adoraba enloquecidamente con la pasión que nunca le prodigó a ella.
Todo era injusto, pero sabía que ya no tenía remedio, su mundo se había derrumbado, la magia siempre había sido una mentira y tenía que deshacerse de esa puta rabia de una vez y para siempre, no podía esperar una justicia divina, no podía esperar tanto, no merecía seguir en la farsa. Así que fingió un viaje a la casa de sus padres donde se demoraría varios días, pero solo fue a llevar a su hija y se volvió en la noche, imaginando que él tendría una invitada especial.
Se acercó a la puerta del cuarto, de donde salían gemidos, se llenó de un frío nervioso que le hizo apretar fuertemente el cuchillo que llevaba en la mano, entornó la puerta suavemente y sus tripas se retorcieron cuando en aquella cama que alguna vez fue su nido de amor, se encontraba su esposo, retozando agitado encima de otra mujer, entonces no fue más ella, dejó surgir sin más cadenas a ese sombrío ser que se escondía en su abismo secreto, y como una fiera salvaje lo acuchilló a él por la espalda, varias veces en un instante, y a aquella mujer invasora que intentaba escapar, también la atravesó con su furia, terminando por completo el cuadro sangriento de una artista atormentada por la decepción.
Sacó su celular y retrató ese recuerdo para tatuarlo en el tiempo, como la victoria de la venganza. Y solo cuando salió de la casa dejó de respirar exaltada, levantó la mirada para reencontrarse con su vieja amiga la luna y le sonrió mientras se perdía a lo lejos.
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Relatos Paranormales
Historia CortaRelatos e historias para todo tipo de lectores.. ( la mayoría de los relatos son sólo ficcion)