Relatos Paranormales

El Fantasma De Citadel

Cada espacio de tierra tiene algo que nos podría contar, están llenos de historias donde han tenido lugar sucesos que tal vez no podríamos creer.

Sitios que el día de hoy tienen una apariencia totalmente distinta a la de su pasado, ya sea que hayan transcurrido décadas o incluso solo unos cuantos años.

El fin con el que fueron construidos antes, puede ser el mismo que los hace existir ahora.
A pesar de dedicarse a giros diferentes, su finalidad es ser un lugar de esparcimiento en el cual fluctuen miles, millones de personas en busca de diversión sin que la mayoría sepan los secretos que se esconden por ahí.

Este, podría ser el caso de la ahora famosa Plaza citadel, ubicada en San Nicolás de los Garza, en Nuevo León.
Es una de tantas plazas comerciales, en donde se ofrece a la venta diversos productos y servicios que van desde souvenirs, ropa, calzado, comida, entretenimiento y mucho más.
A la misma acuden miles de personas, ya sea de compras o para pasar un buen rato de forma individual, en parejas, con amigos o familiares.

A pesar de parecer actualmente un lugar grato y tranquilo, este lugar, esconde bajo de sí, un terrible secreto, que pocos conocen.

Trabajadores de los locales, intendentes y guardias, afirman haber vivido experiencias fuera de lo común en esta plaza.

Reportan presenciar lo que ellos afirman son niños, tanto en el área de baños, como en los locales, algunos se han llevado sorpresas al abrir en las mañanas, descubriendo huellas de pies pequeños marcadas con agua.
En los locales del segundo piso, mencionan haber visto huellas de manitas en las ventanas.

Puedes pensar que estas situaciones no se leen como algo tan raro ¿Cierto? tomando en cuenta que al lugar asisten infantes que podrían dejar esas pisadas y esas manitas marcadas.
Lo raro es, encontrarlas del otro lado del cristal, en donde solo hay vacío.

Otras personas, reportan haber visto un niño descalzo en el área departamental y que incluso ha sido grabado por las cámaras.
En una pequeña entrevista con uno de los guardias de la locación, nos pudo decir que le ha tocado ver cosas insólitas, como un niño escondiéndose y cuando lo sigue, este simplemente se desvanece.

Otras anécdotas de los intendentes aseguran que este niño ronda en la plaza y que algunas noches cuando ya está cerrada han escuchado sus risas en el baño.

Surge entonces la pregunta. ¿Quién es el niño que se aparece en citadel?

Para eso tenemos que regresar al pasado.

Donde ahora es citadel, anteriormente fue el balneario "Los Rodriguez".
Muy famoso en su época, por los años 80’s, ya que era enorme y contaban con gran variedad de albercas, era toda una novedad entre los paseantes por contar con una alberca de olas y también enormes toboganes,toda una atracción incluso para paseantes foráneos pues contaba con una alberca olímpica.

cómo es de esperarse, estas albercas fueron escenario de mucha tragedias ya que era muy común que se ahogaran por descuido de las personas al meterse después de comer, haber tomado bebidas alcohólicas o por descuido de las familias con los niños pequeños.

Existe una leyenda referente a estas albercas donde se asegura que ocultan un oscuro secreto respecto a lo que sucede en citadel. Se dice, que en una ocasión, una familia de muchos integrantes, acudieron a Los Rodríguez, entre ellos iba un niño pequeño llamado José Luis de 8 años, cuentan que después de pasar un dia agradable la familia decide retirarse pero no se percataron de la ausencia de el pequeño Luis, ya que al ser muchos integrantes viajaron de regreso en diferentes vehículos. Familiares cercanos del pequeño regresaron por él, pero su búsqueda no tuvo éxito, se les vino a la mente un posible rapto después de que se descartó que el pequeño estuviera aún en las instalaciones.
Curiosamente, dos semanas después de su pérdida, el balneario los Rodríguez cerró sus puertas.
Se dice que esto fue a causa de que realmente el niño se había ahogado y uno de los trabajadores que se encargaba del cuidado y limpieza de las albercas, al ver cuerpo del pequeño Luis en el fondo de la alberca entró en pánico, ya que su jefe les había advertido, que no quería ningún escándalo más puesto que esto haría engrandecer la fama de que la muerte rondaba en las albercas. En cierta forma esta persona se sentía responsable de los hechos y por miedo a ser culpado, escondió el cuerpo del pequeño Luis, sepultandolo en un lugar donde solo él sabría.
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El trabajador ocultó la verdad y la administración del balneario negó que el niño se encontrara dentro de el.
Se cuenta que después de lo sucedido, el espíritu del pequeño Luis, es quien rondaba por el lugar, asustando a los visitantes e incluso hay anécdotas de personas que contaron que sentían como un par de manos pequeñas, los tocaban de manera desesperada, como si se estuviera ahogando y al mismo tiempo decían ser jalados al fondo de la alberca.

Otros afirman haber visto un niño que preguntaba por su mamá o que merodeaba el lugar por la noche, en donde se escuchaban lamentos y sollozos de un niño

Se cuenta que en alguna ocasión el niño le pidió a un encargado del lugar que le acompañara a buscar a su mamá, éste al seguirlo vió increíblemente que el niño desaparecía entre el campo, de la impresión quedó en shock y sin poder moverse, se desmayó.
Tiempo después de contar lo sucedido a los demás encargados del lugar, murió mientras dormía.

A los días se decidió cerrar sus puertas.

Al pasar el tiempo se construyó lo que ahora es Citadel, en donde se dice, que el espíritu del pequeño Luis, sigue deambulando por los diferentes locales.

Otra historia, contradice lo sucedido, en ella se dice que Los Rodríguez, cerraron porque Don Román Rodríguez Rubio, quien era el dueño se enfermó y junto con su hija Guadalupe estaban a cargo de todo lo referente al balneario, al convalecer, se descuido el lugar y posteriormente Don Román falleció.

Sus hijos con diferentes actividades no podían hacerse cargo de el balneario y decidieron vender.

Lo curioso es que hay tantas personas que trabajan en citadel y afirman haber visto a un niño deambulando por los pasillos y circulan incontables testimonios de esto, que hacen creer que lo que se cuenta es cierto.