Capítulo 19

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Maratón (1/3) 

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Maratón (1/3) 



Llevábamos más de una semana en Madagascar y esta cabaña era increíblemente grande si contabas con el gran secreto que conllevaba en una de las habitaciones. Mientras nosotros nos metíamos en la sala donde encontramos la mesa grande, que creo yo que la utilizaban para las reuniones, los renacuajos veían la televisión en el salón de cines.

Haciendo tan bueno nos quedábamos encerados ahí dentro y no es nada bueno, además que seguro que estaban empezando a sospechar donde nos metíamos todos los días.

No veíamos a nuestros primos y por parte de Denes, Uranus y Odell a sus hermanos también una semana. Ahora, nos estábamos preparando para salir e ir a dar una vuelta e ir a la piscina, aunque descubrimos que donde ahora nos alojábamos teníamos piscina propia, esto en vez de una cabaña normal parecía más una vivienda para vivir personalizada.

Algo que comentó Odell me hizo tener más dudas de las que ya tenía anteriormente. Cuando fuero a pedir un alojamiento más amplio y le dieron una nota donde podía leer perfectamente que la cabaña donde nos estábamos alojando en estos momento había sido comprada.

Lo que no llego a entender es que si ya sabían que la familia Doskas poseían una cabaña, aunque si la contemplas por afuera parece más una casa de madera. Al llegar nosotros no nos comunicaron nada y tuvimos que ir a las normales.

— ¿Vienes o te vas a quedar pasmado mirando a la nada?

— Ya voy.

Mientras caminábamos pudimos observar que había mucha mas gente que la semana pasada. Algunas venían en nuestra dirección y otros al contrario.

Cuando llegamos a la piscina los más pequeños corrieron en la dirección donde se encontraban Hester y Sander junto con las cuatro personas que quiero ver ni en pintura.

Hago el amago de ir detrás de mi hermano pero una mano en mi hombro me lo impide, haciendo que pare en seco.

— Déjame ir. No quiero que mi hermano este cerca de esas cucarachas.

— No va a pasar nada Calix, recuerda que nuestra hermana y el hermano de Denes también están con ellos y no le puedes prohibir que no vaya a saludarlos —dice Uranus con conocimiento.

— Tienes razón, ya me calmo.

— ¿Y si vamos a bañarnos? —señala Denes la piscina —. Tengo mucho calor y no me voy a quedar esperando aquí de hablando temas que no quiero hablar ahora. Disfrutemos algo. Llevamos un semana encerrados.

— ¡Cierto, a disfrutar! Que creo que muchos días así a partir de ahora.

— No me lo recuerdes —bufa Odell.

— Basta de dramatismos, hemos venido a la piscina a disfrutar no a deprimirnos y pensar más de la cuenta.

Dejamos las camisetas, las chancletas y los móviles en una tumbona a la vista para poder vigilar las cosas por si las moscas.

CalixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora