Capítulo 9

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Apenas se fueron, el lugar comenzó a sentirse un poco aburrido. Se habían sentado en un sofá, al lado de Mara, y ya estaban a punto de quedarse dormidas ellas también. El celular de Isadora sonó, y ella respondió al instante.

-Ey, es para ti…tu madre-dijo Isadora pasándole el celular. Amaya lo tomó y ella se levantó como si algo hubiese captado su atención.

Amaya escuchó los reclamos por parte de su madre al no contestar su celular, ya que este se encontraba en silencio, y tampoco olvidó la felicitación.

-Bendición mamá.

-Bendición hija mía-terminó su madre. Al segundo después de cerrar, entró la llamada de su hermano y su esposa. Colgó el celular al finalizar, lanzando un suspiro. “Todo porque mi celular se quedó en silencio”. Buscó con la mirada a Isadora y la encontró mirando una pequeña pantalla como la que abría el elevador.

-Ey, ven acá- dijo esta. Amaya se acercó tranquilamente, Isadora toco un par de cosas en la pantalla y al mover su mano, apareció una pantalla semitransparente frente a ellas. Podías ver la televisión en ella a su vez se abrió otro menú, con el cual tenías acceso a cualquier cosa de internet. Jugaron con las pantallas un rato, sacando distintos menús, era como tener una computadora completamente táctil y modificable frente a ti.

-Hay que instalar esta cosa en la casa-dijo Amaya, luego de un rato.

Siguieron jugando con las pantallas, descubriendo otros menús y configuraciones, cada una entretenida en algo distinto. No se dieron cuenta del sujeto que caminaba, sigilosamente, hacia ellas. Él se detuvo y les miró un instante, seguía tratando de despertarse.

-Hola-dijo una voz gruesa. Ambas se sobresaltaron, como si les hubiesen pillado haciendo algo que no debían, a Isadora se le cayó la pequeña pantalla táctil, que controlaba todo el sistema que un segundo atrás se encontraba frente a ellas, esperaron la colisión contra el suelo pero en cambio el aparato estaba flotando frente a ellas.

Levantaron la mirada encontrándose con un sujeto que les miraba fijamente. Era alto y musculoso, como cualquier protector, pero sus ojos verdes, tan oscuros como la noche, le daban algo de misterio y rudeza. La mirada les hubiese engañado de no ser porque vestía un jeans, sweater, estaba despeinado, iba descalzo y, además, llevaba una taza en la mano derecha.

-Hola-repitió esta vez mostrando una ligera sonrisa. El silencio reinó durante un segundo, casi interminable.

-¿Eres Dimitri?-preguntó Isadora, pronunciando cada palabra claramente. El sujeto lanzó un bufido, la mini-pantalla se movió hacia una mesa cercana.

-No entiendo por qué siempre me confunden con mi hermano. Ni que nos pareciésemos tanto, esta bien, somos gemelos pero…respondiendo a tu pregunta ¡No! No soy Dimitri-Amaya e Isadora se miraron un instantáneamente. Él se acercó un par de pasos más cerca.

-Bueno…Alonso nos dijo que si necesitábamos algo, le pegáramos un grito a Dimitri-continuó Amaya, explicando lo sucedido. Él se sobresaltó un poco al escuchar el nombre de su jefe.

-Wait…ustedes son los que ahora persiguen los demonios-dijo él con una sonrisa en su rostro.

-Es solo ella en realidad-dijo Isadora.

-Ey…-articuló Amaya en forma de reclamo.

-Pero si es la verdad…solo decía-se defendió Isadora.

-La telepata, la médium y la bruja…-menciono él, sonriendo.

-Hechicera-corrigió Isadora.

-Sería mejor que nos llamaras por nuestros nombres…Yo soy Amaya, ella Isadora y la inconsciente es Mara-dijo Amaya para presentar a las tres.

The Protectors: Book 1 - AmayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora