Capítulo 6

109 3 0
                                    

Llegaron a un restaurante elegante, lo cual hizo que Amaya se sintiera incómoda. Alonso lo notó y se acercó para susurrarle "No hay problema", pero aún así no logró mucho. Amaya no solo se sentía incomoda por la elegancia del lugar, y ella no estaba vestida para un lugar así, sino también porque estaba con él y ella en verdad quería saber lo que él le decía en el sueño. Un señor saludó a Alonso como si se hubiesen conocido desde siempre y los guió a su mesa.

-¿Desde cuando?...no, ¿cómo?...-Amaya no sabía como preguntar por lo que acababa de suceder pero Alonso le respondió -Aunque mucha gente no te conozca, el dinero lo hace todo. Pero en este caso he venido bastante a este restaurante por negocios.

Amaya miró a su alrededor, el ambiente era acojedor. Musica suave, cuadros en las paredes y aunque había mucha gente a su alrededor, en las demás mesas, sentías la privacidad de que nadie se enteraría de nada. El sujeto regresó con las entradas y una botella de vino. Amaya, con cara de sorpresa, dirijo su mirada a Alonso.

-Todo esta fríamente calculado-susurró él en un tono cómico. Ahora ella tenía un gran signo de interrogación en su mente. –Oye…puedo ser “Lindo” cuando me lo propongo-dijo él mostrando una sonrisa. -¿Qué te contó Alexander?-prosiguió él.

-Él solo se despidió. Dijo que iba a hacer un trabajo y que no lo vería tan a menudo-respondió Amaya.

-Lo que ocurre es que Dagon le envió a hacer un trabajo, que en sí es una búsqueda de cuatro cosas-Alonso hizo una pequeña pausa. –Le pidió lágrimas de ángel, lo cual es casi como si pidieras sangre de ángel; además sangre de demonio, en este caso Abaddon, uno de los más fuertes; también la caja de Pandora, la cual encierra males y bienes del mundo, y Zeraffinne, una daga usada por mi padre la última guerra.

“Solo que ellos no saben que la caja y la daga están juntas, ya que la daga es la que mantiene la caja cerrada”, pensó Alonso.

-¿Y para qué quiere eso?-preguntó ella.

-No lo sé. Y lo que más me preocupa es lo que quiera hacer con la caja, porque para abrirla necesitas “el bien y el mal juntos”, que en este caso sería la sangre de estos dos enemigos.

-Todo esto…por mi culpa…no es muy lindo que digamos…-dijo ella en un tono bajo. Él se acercó y le tomó la mano, y con la otra le sostuvo la cara.

-Todo va a estar bien, no te preocupes por esto.

Terminaron de cenar, y luego fueron a caminar al parque, que estaba al lado. La noche era cálida y las estrellas brillaban en lo alto. Alonso le había tomado de la mano, al instante se detuvo, lo cual hizo que ella casi tropezara. Se sentaron en una de las bancas que estaban vacías. Frente a ellos se extendía el pasto, arboles y, mucho más allá, un lago, todo iluminado por una que otra luz a lo largo del camino.

-Todavía hay más cosas que te tengo que decirte…-dijo él sin despegar la mirada de enfrente.

-¿Qué cosas?-preguntó ella.

-Primero que todo, Mara es una médium…sólo que no le gusta hablar de ello. Por otra parte, Isadora es hechicera…aunque siempre corrija eso por “bruja”-dijo Alonso. Amaya se quedó mirándolo fijamente. –Además, ella es…ella es mi hermana-continuó él. Ahora Amaya estaba completamente sorprendida y no sabía que decir. –Te pido que no le digas lo último, ella merece seguir su vida como si nada-continuó él.

-No digo nada…-logró decir ella. Alonso lanzó un suspiro. –Pero…-continuó Amaya.

-¿Pero qué?-preguntó él inmediatamente. Amaya sonrió y se levantó dando un par de pasos.

-Me tienes que dar algo a cambio-dijo finalmente.

-¿Qué es lo que quieres?-preguntó él insistentemente.

The Protectors: Book 1 - AmayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora