Capítulo 5

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Dagon entró a su oficina, Alexander lo esperaba sentado en una de las sillas frente al escritorio.

-Ya estas aquí… ¿quieres algo de tomar?-preguntó Dagon dirigiéndose hacia sus botellas de licor en una de las esquinas de la habitación.

-Claro-respondió Alexander que se sentó en una de las sillas frente al escritorio. Los colores de las paredes eran de un tono rojo vino y todos los muebles eran de caoba. Dagon le dio un vaso con wiski y luego se sentó frente a él. Alexander tomó un trago.

-¿Para qué llamaste?-preguntó.

-Un trabajo…-respondió Dagon pasándole un sobre a Alexander. –Necesito que consigas eso.

Alexander abrió el sobre y dentro había una hoja con una pequeña lista, solo cuatro cosas.

Sangre de Abaddon

Lagrimas de Ángel.

Caja de Pandora

Zeraffinne

Alexander leyó la lista dos veces para asegurarse de que sus ojos no mentían. Todas las cosas en la lista eran extremadamente raras y difíciles de conseguir, esto hizo que se preguntara ¿por qué Dagon necesitaba eso?

-Fácil ¿no?-dijo Dagon y luego tomó un sorbo de vino. Alexander soltó una risa.

-¿Esto es en serio? ¿Para que necesitas esto?-preguntó.

-Todo a su debido momento-respondió Dagon. –Puedes tomarte el tiempo que necesites, no lo necesito con urgencia.

-Claro que lo haré. Necesito recorrer la mitad de todas las dimensiones para poder conseguir una de estas cosas…Además, hace más de un milenio que no veo un ángel.

-No creo que eso sea un problema para ti-le respondió Dagon.

Alexander se tomó el resto del wiski de un trago. -Si eso era todo me marcho-dijo levantándose de la silla y saliendo de la oficina.

Había pasado casi una hora desde que se reunió con Dagon y todavía no podía creer lo que tenía que buscar. Para él la lista no tenía sentido alguno pero sabía que de alguna manera se relacionaba al poder de Amaya.

La caja de Pandora, es la caja que encierra todos los males y bienes existentes capaces de contaminar al mundo con desgracias, entregada a Pandora por el mismo Zeus. Localizada en algún lugar del fin del mundo, lo único malo es que sólo tienes una oportunidad para llegar a ella…aunque eso no le preocupaba mucho. Lagrimas de Ángel, siendo realista Alexander no sabía como conseguirlo, en especial porque no ha visto a un ángel en casi un milenio, y por ello localizar a uno sería un gran reto. Y obtener sus lágrimas aún más, un ángel no llora por que sí, son más bien una especie insensible y lo peor es que cuando lo hacen sus lágrimas son de sangre. La Sangre de Abaddon, la sangre de un demonio siempre incluía en su mayoría maldad y la sangre de Abaddon en especial era el infierno en vida, solo por ser el demonio más poderoso, y el conseguirla no sería fácil pero lo podía hacer en especial porque Abaddon aprendió a respetar a Dagon y tal vez eso fuese un punto a favor para él. Y por último Zeraffinne, es una daga creada por los dioses, fue usada por el ejercito del padre de Alonso la última guerra y fue por ella que se pudo lograr un equilibrio, después de eso desapareció…o al menos eso es lo que Alexander creía.

En estos momentos estaba esperando a Alonso en un restaurante. Se había sentado en una mesa en dónde nadie lo podía ver pero él veía a todos. Miró a cada uno  los humanos sentados en las otras mesas, un grupo de amigos reía, una pareja al otro lado discutía (lo más probable es que se divorciaran), un joven haciendo una tarea con su laptop y un poco más allá unos tortolos en una cita. “Viven sin saber que el final de su vida esta cerca”, pensaba. Una vez más miró el sobre que se encontraba frente a él en la mesa sintiendo que el destino de todos ellos estaba en sus manos y no podría hacer mucho para cambiarlo.

The Protectors: Book 1 - AmayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora