Se puso en marcha de regreso a la sala, podía escuchar claramente a los tres discutiendo sobre lo que debía o no tener el libro. Incluso él no podía quejarse, ya que él mismo presenció varias veces la escritura del libro. Isadora era la esencia de su hermana, pero luego de tantas rencarnaciones había cambiado físicamente, aunque no mucho. Ariana tenía los ojos de un color azul oscuro, excepto en sus últimos días de vida, en que estos cambiaron a un tono violeta. Además su piel era clara, muy pálida y con el cabello negro.
La cosa es que un hechicero, en aquel entonces, escribía sus propios hechizos, pociones, trucos...lo que fuese, en su libro. Ariana decidió que el de ella sería una especie de diario, y por eso cada cosa que fue aprendiendo, cada noticia o dato que le resultara interesante, lo escribió. A pesar que madre, le aconsejó varias veces que no lo hiciese de esa forma, podía caer en manos enemigas, pero ella se negó y continuó con él como lo tenía planeado. Aparte de eso, muchas de las cosas fueron escritas cuando Ariana estuvo casada, he ahí donde ambas partes se contradicen, ella estuvo casada con él que luego se volvería parte de sus enemigos. Pero eso no afectó, ya que Ariana murió joven, y cuando un hechicero muere su libro desaparece hasta que aparezca su rencarnación, en el momento indicado. Muchas cosas pasaron, en diferentes tiempos, aquel entonces. En el presente, debía lidiar con un demonio desmayado y "hambriento" en medio de la sala.
Entró a la sala, luego de muchos minutos mirando al pasado.
-¿Alguien tiene una idea de cómo conseguir sangre?-tres pares de ojos se posaron en él, dos de los cuales negaron con la cabeza.
-Roba un banco de sangre-dijo Lenni. Su estúpido comentario merecía, las miradas que obtuvo -Sólo decía-reclamó.
-No sé mucho de esto, pero... ¿no es mejor que ellos cacen la presa? Digo, como son demonios...vampiros-comentó Isadora, la última parte en un tono bajo riendo.
-Es un buen punto, a no ser que quieras morir desangrado-respondió Alonso.
-Que tal si sólo le dejamos en un bosque y que él haga lo demás-dijo Mateo.
-No me atrevería a hacer eso, no con Alexander y mucho menos cuando tiene runas encima-hizo una pausa, tomando un respiro -Pero creo que no hay otra alternativa. ¿Cuánto tiempo queda antes de que se despierte?
-No sé. Un par de minutos-respondió Isadora.
Mateo sacó su celular, tocó un par de veces la pantalla, de la misma apareció un mapa en 3D dando la localización actual de ellos.
-Hay un bosque cerca de aquí, unas cuantas millas al sur-la imagen se movió según él hablaba -Es la mejor opción que se me ocurre.
-Ok...ok-dio un par de pasos hasta quedar frente a Alexander -Nos vemos en una hora.
Alexander despertó entre hojas húmedas, estaba en medio de algún bosque. Lo último que recordaba era estar hablando con los demás en la casa, y ahora estaba en un bosque con un extraño sabor en su boca. Como un ácido que aparecía siempre que debía ir de caza, era la "alarma" que decía "tienes que tomar sangre". Se levantó y con la poca luz que había notó algo extraño en su brazo, una especie de signo, trató de mirar mejor pero este desapareció.
El movimiento de unas hojas hizo que girara la cabeza, podía sentir el pulso de un animal cerca de él. Sus sentidos ya habían aumentado, podía oír la respiración del animal como si este estuviese al lado. Se dejó llevar por su necesidad de conseguir sangre, dejando su mente en blanco, comenzó la caza.
Minutos después su mente regresó a la normalidad y todas las ansias de sangre habían salido de su sistema. Prefería cazar pumas u algún oso, pero se tuvo que conformar con un par de venados, lo suficiente como para volver a estar cuerdo, aparte de que era la alternativa para no matar a humanos. El sonido de unos pasos hizo que levantara la mirada.
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The Protectors: Book 1 - Amaya
Fantasy~Estoy cambiando algunas cosas...si quieren seguir leyendolo dejo el libro publicado pero cuando termine de arreglar bien los cap los resubire y se daran cuenta que cambia bastante, espero no demorarme en eso~ Si tu vida cambiara en un segundo ¿Qué...