Los platos vacíos reposan sobre la gran mesa. Un par de músicos entonan una suave melodía que te sabe a rancio.
Leo da golpecitos en la mesa, visiblemente incómodo. Sabe que el baile empezará pronto. Todos lo sabéis, pero al hijo de Hefesto en concreto no le hace mucha gracia la formalidad del evento, o la quietud del salón en general.Aún te cuesta entender por qué estás ahí. Hades le dio la dirección a Nico. Tú tuviste una corazonada. Son motivos tan estúpidos que te hacen sentir como un idiota.
Quieres salir. Leo quiere salir. Nico quiere salir. Miguel. Aaron. Marie.
¿Por qué seguís aquí? Por motivos tan intangibles como la niebla.Tu madre no está, como tu padre nunca estuvo, y has huido de lo que podría haber sido tu hogar. Has pasado de un marginado inútil a la presa de los dioses. Si lo que te han contado es cierto, Zeus tiene sus ojos en ti. Zeus, tu abuelo, rey de los dioses y toda esa movida. No suena muy bien.
De hecho, nada suena muy bien. ¿En qué estabas pensando? No eres un héroe. No eres valiente, fuerte o nada de esas cosas. Vamos, si te pasas el día sentado, ¿creías que podías sobrevivir? No tienes el físico, ni el intelecto, ni lo que hay que tener.
–Lo siento- Murmuras, interrumpiendo el silencio.- Yo... No me encuentro bien. Creo que iré a tomar algo de aire...
–Yo tampoco--Te secunda Leo, forzando una sonrisa- Voy contigo.
Cambias tu gesto. Querías estar solo, pero sabes que nada le va a detener, ni siquiera lo mal que lo mira Nico.
–No fastidies- Gruñe Nico- Con la que has dado para que vengamos a este baile...
–Volveré pronto. -Te defiendes- Lo prometo. Yo solo...
-Hey, no le agobies- Te ayuda el latino, dándote un toque en el hombro- Estamos aquí en diez minutos.
No te da tiempo a decir nada, Leo ya está en pie y te tiende la mano. Sin dudar, tal vez por que tu cerebro no tiene tiempo para ello, tomas su mano y le sigues a través del gentío. Tus hombros chocan con desconocidos que se apelmazan el el salón como moscas entorno a cadáveres. No distingues rostros, pero ves ojos fijos en ti. Demasiados. Por fin, llegáis al balcón.
La brisa recorre tu cuerpo, el cielo nocturno se expande frente a tus ojos. Leo te suelta y se acerca a la baranda.
-Ahora dime, "señorita", ¿qué te trae tan... preocupada?- Pregunta, sin mirarte. Tiene cuidado de hablarte como chica por si alguien pasa- Desde que llegaste al campamento te veo con el ceño fruncido cada vez que nos descuidamos.
-Lo siento- Murmuras, sonriendo un poquito, como si eso le quitara importancia a tu voz rota- Es solo... Todo va tan rápido. Ni siquiera sé qué está pasando. No sé qué hago aquí.
-Sí, ser un semidiós no es fácil... Pero no lo podemos cambiar, solo podemos... Hacer lo que podamos. Por ahora, debemos hacerle caso a Hades y quedarnos aquí.
Suspiras. Supones que tiene razón. Además, no es muy útil estar aquí lloriqueando, ¿no? Tienes sitio en uno de los hoteles más lujosos de New York, no vas a dejar pasar esta oportunidad.
-Si tú lo dices.. ¿Deberíamos volver?
-Bueno... Yo, en verdad, quería preguntarte algo...
-Dispara.
-¿Extrañas a tu madre?- Pregunta, dibujando un círculo con su dedo sobre la baranda- Digo, bueno, uhm... Yo... Bueno. Sé lo que es no tener a tu madre al lado. Y, es decir, por lo que sé ella podría estar viva...
-Sí, viva, y a unos cuantos kilómetros- Respondes, encogiéndote de hombros- Y eso suponiendo que no le haya dado un ataque al ver que no volvía a casa.
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¡Bienvenido al Campamento Mestizo! (Rayito) (Gay) (yaoi)
FanficUna maldición. Una profecía. Nuevos amigos, nueva vida. ¿Estás dispuesto a embarcarte en una nueva aventura, mi queridísimo semidiós? --- Dime, ¿estás cansadx de la Rayis? ¿Eres una fujoshi que busca algo entretenido? ¿Tal vez eres un fan cansado de...