Capítulo 1

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¿Quién eres tú realmente? La primera vez no sabes que responder, piensas en miles de respuestas que podrían responder otras personas, sin embargo, no tienes tu respuesta.

Siguiente pregunta, ¿Quién no eres tú? Te puedo dar infinidades de respuestas. Pero diré una, no soy una persona perfecta.

−      ¿Dónde colocamos estos barriles?

Mire a los dos chicos, cada uno cargaba un barril de cerveza,  siempre en alguna estúpida fiesta debía haber alcohol, típico. Uno de los chicos alzo sus cejas esperando por mi respuesta, quería decirle que se fuera al carajo con sus barriles, pero Zara respondió por mi.

−      En la cocina estarán bien.

Señalo con su delicada mano la cocina para guiar a los chicos.

Recuerdo haber llamado esta mañana a Zara para planear una fiesta de despedida al verano, era nuestra última semana antes que empezaran las clases, ni lo pensó dos veces y acepto.

Tres horas después me encontraba alrededor de rostros desconocidos, la música a todo dar(con canciones que odiaba), todos con su vaso rojo en la mano, saltando hacía la alberca, una que otra pareja que demostraba sus "sentimientos" enfrente de todos y chicos que ya tenían el efecto del alcohol alto.

−¿Te encuentras bien? –pregunto Zara

Lucía un perfecto bronceado, dentro del colegio era, perdón, es la chica popular, su cuerpo perfecto de modelo, todos desean y añoran ser como ella, no me incluyo.

−No me digas que te estas arrepintiendo de la fiesta.

−¿Qué? No, solo estaba distraída, es todo –respondí, ella me tomo del brazo y me sonrió

−Se lo que necesitas –fruncí el seño esperando su respuesta−, un shot.

−No necesito alcohol, Zara.

Treinta cinco minutos después ya iba por mi segundo shot mientras Zara iba por su tercero, me encontraba rodeada con el grupo que me juntaba en el colegio, era el típico grupo de niños ricos que aunque se portarán como rebeldes sus padres los consentían más.

No los conocía del todo, ni ellos a mi, no eran aquellos amigos que te preguntan por tu día ni nada, ni siquiera podría llamarlos amigos, en tan poco tiempo entre a su grupo y créanme que si no viviera en Malibú no me dirigirían ni la mirada, ni siquiera Zara.

−Buena forma de despedir el verano –comento Ryan, el novio de Zara−. Buena fiesta, chicas –levanto su vaso rojo intento hacer un brindis−, por Jo y Zara.

Los que se encontraban a nuestro alrededor levantaron sus vasos rojos, brindaron y bebieron su trago de cerveza. Zara se sentó en las piernas de Ryan y lo beso desenfrenadamente, el no se negó, rodeo con sus brazos su cintura acercándola a su pecho. Esta escena era grotesca para mi, me levanté del sillón y me dirigí hacía la cocina, esperando que el efecto del alcohol cambiara mi animo pero como en toda fiesta aún seguía preguntándome que hacía en este lugar.

Mi teléfono vibro en mi bolsillo y lo saque para mirarlo, tenía cinco llamadas perdidas de mi papá y varios mensajes que decían que le contestara, los vecinos debieron haberlo llamado quejándose por el gran ruido, sonreí y mi animo mejoro al ver que mi plan salía a la perfección.

−¿Por qué le sonríes a tu celular, Jo?

Me percate que Ryan estaba detrás de mí, guarde mi teléfono en mi bolsillo y me voltee para mirarlo, le dirigí una pequeña sonrisa falsa.

−Y tu, ¿Cuándo dejarás de ser un entrometido?

−Sabes que eso te mata de mi,–coloco sus manos en mi cadera y acerco sus labios a mi oreja−¿No es cierto?

Perfecto Desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora