Capítulo 21

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En todo el viaje hubo una tensión entre Aimee y Jace, que se podía sentir a kilómetros de distancia. Jace puso su horrible música a todo volumen, él y Nicholas charlaron en todo el viaje mientras que Aimee y yo nos quedamos dormidas.

Me había quedado agotada con la prueba de ballet, menos de la media hora no pude evitar quedarme dormida, el sueño fue un recuerdo, la primera vez que había pisado un escenario, tenía tan solo cinco años, mi mamá me había visto con tanto orgullo, no le importaba la manera que las personas la miraban por su falta de cabello, ahora que lo recuerdo, siempre salía con una sonrisa, ¿Por qué no puedo ser como ella?

–Despierta –unas manos me sacudían, lentamente abrí mis ojos–, hemos llegado.

Me estire y mire hacía la ventana, me mostraba la noche y que nos encontrábamos en un pueblo, no Seattle.

–Pensé que dijiste que iríamos a Seattle –le dijo Aimee a Jace malhumorada–, ¿Por qué estamos en el pueblo?

–Nosotros también moríamos de sueño, así que no quiero manejar otras dos horas más –se quejó Jace–, ¿No que tenías hambre?

– ¿Estamos cerca de Rocky's?

– ¿Qué es Rocky's? –pregunte algo desconcertada.

–El mejor lugar de hamburguesas –respondió Aimee–. Dime que estamos cerca, Jace.

–Estamos en el estacionamiento.

Aimee inmediatamente bajo del carro, tome mi bolsa y los demás la siguieron.

Entramos al restaurante, lucía mejor de lo que sonaba, tenía la temática de los años 50's, en el fondo se encontraba una rockola, se escuchaba Stupid Cupid de Connie Francis. Admito que este lugar me ha encantado, nos sentamos en una de las gavetas junto a la ventana, me senté junto con Aimee, tenía enfrente de mí a Nicholas, no podía ser predecible. El lugar se encontraba medio lleno, la mesera se acercó a nosotros y nos entregó el menú.

Mire el menú unos minutos, todos pidieron una hamburguesa y una malteada, no me opuse y pedí lo mismo. La mesera nos dio una sonrisa y se alejó a la cocina a hacer nuestro pedido.

–Este lugar es increíble –dije observando cada detalle del lugar.

–Sabría que te gustaría aquí –comento Aimee–, aunque hubiera preferido ir a Seattle –le lanzó una mirada asesina a Jace–, hubiera querido ir al club.

–Otra noche será –Jace sacó su cajetilla del bolsillo.

–Sabes perfectamente que aquí dentro no se puede fumar –le advirtió Aimee pero él estaba buscando en sus bolsillos su encendedor– ¿Es enserio?

–No encuentro el maldito encendedor –seguía buscándolo pero no lo encontraba– ¡Mierda! Nick, préstame el tuyo.

–Ni siquiera se lo prestes –le grito Aimee–, no fumaras aquí dentro.

– ¿Acaso eres mi mamá?

–Trato que no nos echen de este lugar.

–Solo déjame por lo menos una vez hacer lo que quiera.

–Al final, siempre haces lo que quieras.

Y continuaron con su discusión en medio del restaurante, intente no demostrar que me sentía incomoda por esto, hubiera preferido sentarme alado de la ventana y fingir que mostraba interés al ver el pueblo. Pero ya que Aimee estaba sentada alado de la ventana, decidí, otra vez, admirar el lugar y el lugar implicaba mirar a Nicholas.

Nuestras miradas se encontraron, él puso los ojos en blanco dándome a entender que también estaba incomodo por la discusión entre Jace y Aimee. Me reí en silencio, tal vez hubiera una ventaja que él estuviera en el viaje, no me sentiría en un mal tercio.

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