Capítulo 13

434 38 35
                                    

El domingo por la mañana me levante con un dolor de cabeza insufrible, aunque tuve que levantarme temprano, tenía que ver a Salem en la biblioteca ya que me ayudaría con un ensayo de historia.

Y así paso el día rápido, con una cruda horrible y metida entre libros de historia. Recordé que le había prometido a María ayudarla con Salem, así que intente meter el tema sobre ella y él, pero siempre lo evadía, decía comentarios "María es una buena amiga" o "Es como una hermana", hasta eso me dolió a mí. Quise rendirme pero sabía que esto lo hacía por María, aunque le puse pausa a esa investigación y seguí con el estúpido ensayo.

Nos tomamos un descanso para ir a comer algo, me moría de hambre. Los fines de semana eran los días que la cafetería no estaba tan llena, ya que todos se quedaban en sus dormitorios o haciendo otras cosas, sin embargo, seguían los malditos murmullos cada vez que pasaba. Salem me recomendó que los ignorara, lo hice pero no sé hasta cuándo será mi límite.

Lo que me estuvo matando todo el domingo fue el recuerdo de la noche anterior, ¿Por qué hice todo eso con Nicholas? Dios mío, mi dignidad me había abandonado por ser tan patética. Por suerte, no me lo había topado en todo el día, ni siquiera a Jace, lo que no es raro que Nicholas ni siquiera me haya visitado o algo parecido, espera, ¿Y eso a mí que me importa?

¿Qué carajo me está sucediendo?

El lunes por la mañana me sentía mejor, aunque no soportaba la idea de empezar, de nuevo, otra semana en este lugar. La maldita alarma de María no dejaba de sonar, así que tuve que apagarla. Me metí a la regadera más temprano de lo normal, creo que me estoy acostumbrando a levantarme temprano.

Me despedí de María y me dirigí a mi primera clase del día, donde vería a Charlie, no lo había visto desde el viernes por la noche.

Cuando entre al salón vi que habían unos dos chicos hablando con Charlie, seguí mi camino hacía mi lugar hasta que vio que había entrado, dejo a sus amigos y se dirigió hacia mí.

–Hey, Jo.

–Charles.

– ¿Qué tal tu fin de semana? –su pregunta me confundió un poco, el casi nunca me preguntaba eso.

–Todo bien, me quede con Aimee.

– ¿En serio? –Asentí pero su rostro me mostraba que no me creía– Está bien.

– ¿Algo sucede?

–No sé, tú dímelo.

–Charlie, no entiendo de qué diablos estás hablando.

–Todos lo saben, Jo.

– ¿Saben qué?

–Que te acostaste con Nicholas.

Me quede helada y sin palabras al escuchar lo que acababa de decir Charlie. Sabía que hablaban sobre mí y que me habían visto salir del dormitorio de Nicholas, pero no creí hubieran dicho que tuve sexo aquella noche.

–¿Es cierto? –me regreso a la realidad– ¿Te acostaste con él?

–Por Dios, Charlie, ¿En serio crees que lo haría?

–Te vi el viernes en la noche con el y no creo que haya sido porqué según iban a ver Aimee.

–¿Prefieres creerle a un maldito rumor que a mí?

–Solo pienso en lo que vi, estabas con él.

– ¿Sabes qué, Charlie? Vete a la mierda.

No puedo creer que no haya escuchado mi versión de la historia y le crea a un maldito rumor que a mí, su amiga. Dios mío, por esa razón no me gusta confiar en nadie. Me siento una idiota ahora por haber creído que Charlie estaría de mi lado en esto.

Perfecto Desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora