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NO SOY SOPLONA

*.*.*

"La maldad puede encontrarse
en cualquier esquina.

Busca a los más puros para
doblegarlos a su merced."

En la niñez.

La gotas de lluvia se deslizaban por la ventana mientras el sonido opacaba el silencio del momento. Como de costumbre imaginaba que aquellas gotas estaban en una competencia entre ellas por quien bajaba más rápido. Solo podía mirarlas reposando mi rostro contra la palma de mi mano en un gesto de claro aburrimiento.

Al estar lloviendo estaba claro que no podría salir a jugar en el jardín, madre no me permitiría ensuciar la ropa.

Era una niña de clase. Debía comportarse como tal.

Un toque contra la puerta sonó antes que esta se abriera mostrando la imagen hermosa de mamá.

—Sal, tu padre tendrá visitas. ¿Sabes lo que significa?

—"No bajar por ningún motivo o circunstancia al menos que sea una emergencia"—cité como todas las veces.

Mi mamá asintió con una suave sonrisa.

—Sé que te prometí que jugarías afuera pero está lloviendo, cariño. No quiero que enfermes...

—Me gusta estar enferma, mami—mentí esperando que me creyera. Odiaba estar enferma, me hacia sentir embobada, incapaz de moverme por el dolor de cuerpo. Pero las posibilidades de jugar podían valer la pena los días con gripe.

—Salomé—dijo en reprimenda, claramente no le gustó mis palabras.

—Pero mami...

—Sal, no te mojarás. No quiero nadie enfermo en esta casa ¿Estoy siendo clara?

—Sí.

Bajé la cabeza. Odiaba molestar a mamá por ser exigente cuando sabía que de igual forma no obtendría lo que quiero. Permanecí de esa manera hasta escuchar los tacones de mi mamá acercándose, se arrodilló sin importarle ensuciar su vestido. Su suave toque bajo mi barbilla para alzarla y mirarme directamente.

Esperaba ser igual a ella de grande, es tan hermosa. Se parece a las princesas que amo ver una y otra vez sin cansarme. Su cabello marrón hasta los hombros, su pequeña nariz, la hermosa sonrisa que siempre mostraba y los vestidos dignos de una princesa. Sí... Deseaba ser así como mamá.

—Escucha, si para mañana deja de llover podrás jugar en el jardín.

—¿En serio? —sonrío.

—Sí, cariño—besa mi frente con amor —. Debo irme, tengo que asistir a una gala de arte, tu hermana se encuentra en su habitación leyendo y tu padre estará en su oficina.

—Esta bien.

Se levanta sobre sus pies caminando hacia la salida. Toma la perilla para cerrar la puerta, se detiene unos segundos sin quitar la mirada de encima.

Mi Otro YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora