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Advertencia: Este capítulo contiene escenas sexuales +18. Léelo bajo tu responsabilidad.

DE REGRESO A CASA

I could be a better boyfriend than him
I could do the shit that he never did
Up all night, I won't quit.

-Dove Cameron (Boyfriend)


—Con que tú eres la niña de papá, eh —susurró una voz en mi oído. Me estremecí.

El sonido de las cadenas en mis tobillos y muñecas hicieron un estruendo contra la mesa de metal. Se sentía helada en mi piel, las esposas lastimaban mi carne mientras trataba de liberarme. No podía escuchar nada salvo el sonido de su respiración caliente al lado de mi rostro. Tampoco podía ver, me había privado de la vista con una venda.

—¿No hablas, pequeña niña?

No sabía qué hacer. Estaba con un señor que no conocía. Me habían secuestrado justo al momento de salir de la escuela. Pero esperaba que... al menos, mis papás se enterarían y me buscarían.

Sólo espera...

No sabía qué sucedió. Estaba hundida en la oscuridad, en el ensordecimiento, me ahogada y antes que lo supiera una luz alumbró parte de la habitación casi tocando los dedos de mis pies descalzos y lastimados.

Pasos.

Uno... dos... tres.

—La encontramos, señor —soltó un hombre.

Mantuve los ojos fuertemente cerrados. Todo dolía, pero había un zona más dolorosa que todo lo demás.

—No te preocupes, Salomé, estás a salvo.

«Era tarde. Llegaron demasiado tarde», gritó mi mente con la garganta desgarrada.

Al sentir su toque áspero sobre mi brazo un grito obstruyó mis cuerdas vocales ya arruinadas. Me aparté pegándome más hacia la pared.

En ese momento no pude captar que el mismo movimiento causó que la inútil pedazo de tela que había usado, se cayó a unos metros de mis pies. Me apresuré para tomarlo, sin embargo, el foco se encendió y terminó de alumbrar la habitación.

La luz atacó mi visión y me distrajo. Entonces, lo escuché: exclamaciones sorprendidas, gritos ahogados, maldiciones bajas y órdenes gritándose. Temblé en mi lugar, no podía verme, no quería hacerlo. Cómo pude, levanté la mirada hacia Tyler. Mirando el horror pasmado en su rostro, decía todo.

Mi ojo derecho dolía mucho, no podía ver mucho. Solamente sangré y oscuridad. Todavía podía escuchar mis gritos, sentir el acero del cuchillo afilado encima de mi ojo y sus palabras:

«Evita moverte o te quedarás ciega, pequeña Gray. Cuando veas a tu papi dile que esto le pasara a su hermosa esposa e hija».

¿Por qué yo?

Un sonido me hizo regresar de mi cabeza. Al mirar por encima del hombro de Tyler vi a mi madre histérica llorando encima de mi padre que la abrazaba. Papá no me miraba pero si mamá. Un movimiento rubio atrajo mi atención y miré a mi hermana. Estaba llorando y aunque quise gritar su nombre, no pude. Solo pensar en hablar me ardía la garganta.

Mi Otro YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora