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NO DEBERÍAS ESTAR AQUÍ

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"Al ver figuras en la oscuridad nos decimos que no es verdadero, que no es cierto pero ¿quién garantiza cuál es la realidad?

¿Nos dejamos convencer por temor a ver nuestras pesadillas hechos en carne y hueso?"

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La iluminación contra mis iris me hacen llorar los ojos y provoca dolor de cabeza, entrecierro los párpados pero trato de mantenerlos abiertos. Revisar mis signos vitales se ha vuelto un dolor en el culo para ahora.
No estoy de humor desde que el sol salió iluminando parte de mi habitación asignada. Fue entonces cuando pude apagar el bombillo y regresar a mi lugar en la cama.

Podía sentir el sueño, el deseo de estar plácidamente en la cama y la frustración de no poder hacerlo. El sueño trata de vencerme porque como siempre los sueños son demasiados perturbadores que no me permiten dormir más de dos horas.

Temo llegar a tener los síntomas a causa del insomnio. Solía tomar píldoras para eso pero comencé a sentirme adicta por la gran sensación después de dormir 10 horas seguidas. Lo único que no me gustaba era la pesadez en mi cuerpo y según mi padre me ponía estúpida el resto del día.
Me hizo dejarlas y la pesadilla dio inicio otra vez. He evitado la marihuana a toda costa, en mi vida no está permitido equivocarse y dejar que otros se enteren que la segunda hija de enigmático Liam Gray fuma un porro todas las noches antes de irse a la cama, no es bien visto ante los ojos de la publicidad y de mi padre.

Me mataría antes que causara alguna mala publicidad con su apellido incluido.

-Señorita Gray, ¿está con nosotros? -habla el doctor atrayéndome al presente.

Asiento.

-Disculpe.

-No se preocupe. Por lo que he notado sus ojeras están más pronunciadas que anoche cuando fue ingresada.

Levanto los hombros.

-¿Qué es lo que esperaba? Estoy en un lugar donde no quiero estar. Me siento incómoda.

Me observa en silencio. Por mi parte me quedo en silencio sobre la camilla mirando a sus ojos. No voy a decirle sobre mis sueños o problemas para dormir, aunque conociendo a mi padre, en el expediente diría varias barbaridades para poder internarme y posiblemente -no todas sólo algunas- tengan algo de verdad. Esta es la consecuencia por lo sucedido, aún mi cabeza sigue en blanco sobre esa noche pero claramente fue un ultimátum para Liam Gray.

¿Qué puedo hacer? ¿Cómo pedirle disculpas cuando no recuerdo nada? Ni siquiera sé exactamente qué sucedió. Además él no cree en las disculpas, es así de hijo de puta.

-Señorita Gray, siga mi dedo -pide.

Ahogando un suspiro hago lo que dice siguiendo el movimiento de su dedo con la mirada hasta que lo baja y regreso a su rostro.

-Vi sus radiografías y aún le faltaba tiempo con el collarín por su lesión en el cuello.

-Pedí que me lo quitaran era muy molesto.

Mi Otro YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora