Íncubo [ Yuwin ] ; Completa

Capítulo 10.

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"Tú calor me atrapa. El cielo es más azul contigo. No se si eres un ángel o el mismísimo diablo, pero sé que me tienes"

lucasshy

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-¿Yuta Nakamoto? - preguntó una voz. Era ronca y firme.

La figura avanzó hasta la luz, poco a poco se veía un chico. Era un muchacho de complexión delgada. Como instintivamente, observó su nariz diminuta, sus pecas sobre esta. Sus ojos grandes color zafiro, sus labios carnosos. Su pelo de un color naranja vivo caía sobre su frente, sus mejillas enrojecidas; su cuerpo menudo y femenino. Sus clavículas que resaltaban sobre su camiseta gris, sus caderas finas como las de una muñeca y sus piernas que se ceñían a la perfección en sus pantalones negros.

-¿Quién eres? - la voz de Yuta parecía asustada.

El chico caminó lento y pausado hasta Nakamoto, hasta tenerlo cara a cara, hasta sentir su respiración.

-El ángel guardián de Mark Lee - respondió tranquilo. Su voz era tan honda, uno no se cansaba de escucharla.

-¿Donde estabas cuando uno de tu clan le secuestro? - sus manos tomaron sus caderas en posición de jarra, indignado.

Aquel ángel pareció ensombrecer su semblante - Yo... no podía hacer nada, tenía miedo de seres como vosotros.

-Solo te puedo decir que yo no soy aquí el malo.

-Es que... tenía pavor... no sabía que hacer - los mullidos labios del ángel temblaban - Soy nuevo en todo esto y no quería meterme... con mis superiores, ¿sabes?

Yuta quería ser amable, al fin y al cabo SiCheng en estos últimos días le había enseñado como responder de manera más "humana".

Oh, SiCheng...

Debía volver ya, estaría preocupándose.

-Bueno, ángel - mordió sus labios no sabiendo a donde mirar - lo siento por todo y... que ya el problema está solucionado. Cuídate niño.

-Oye... que eres el demonio más tranquilo y amable que he conocido - el pelinaranjo sonrió de una manera extremadamente dulce, el demonio casi vomita, pero debía acostumbrarse a las muestras de cariño de los demás.

-Gracias angelito yo... - carraspeó - me tengo que ir, debo rescatar a otro amigo mío. Y ahora, si me disculpas...

-¡Espera! - la voz ronca del muchacho caló por la sala, haciendo que Yuta girase sobre sus talones.

-¿Qué te pasa?

-¿Por qué Taeil hace todo esto? - ni Yuta lo sabía, solo conocía el hecho de que quería llevarse a SiCheng.